“Lo más difícil de hacerse mujer es precisamente dejar de serlo. O lo que es lo mismo, romper con el molde de lo que debe ser una mujer y reescribir esa definición desde una apropiación absoluta de nuestros cuerpos y nuestras vidas”.
“Lo más difícil de hacerse mujer es precisamente dejar de serlo. O lo que es lo mismo, romper con el molde de lo que debe ser una mujer y reescribir esa definición desde una apropiación absoluta de nuestros cuerpos y nuestras vidas”.