“Una mujer de Aguadilla vino a Nueva York a cantar”.
Juan Antonio Corretjer, Boricua en la luna
Puerto Rico tiene varias canciones que igualan en sentimiento patrio al himno nacional, La Borinqueña. Entre esas: Preciosa, En mi Viejo San Juan y Boricua en la luna. Típico de una nación bajo control colonial, el aspecto político es extirpado de las composiciones patrióticas. Por tanto, no es oficial La Borinqueña original, escrita por una mujer: Lola Rodríguez de Tió. Tampoco se cuestiona la ausencia de la raza negra en Preciosa e ignoramos que En mi Viejo San Juan es sobre hermanos forzados a ir a guerras estadounidenses.
El ejemplo que aquí nos ocupa, Boricua en la luna, toca varios aspectos de nuestra histórica experiencia como pueblo: desplazamiento, explotación obrera, discriminación “allá y acá”… Todo inspirado en la experiencia de dos mujeres “Chicago Ricans”: las hermanas Alicia e Ida Luz Rodríguez Vélez.
“A Nueva York se acercaba un peón de Las Marías”
Era el año 1985 y un papel lleno de décimas escritas a maquinilla, y cinco antes llegó el cantautor Roy Brown ante la muerte de su autor, el “Poeta Nacional”, Juan Antonio Corretjer Montes.
El poeta había dejado claro el objetivo de sus letras: demostrar que el gentilicio “boricua” no era un accidente de nacimiento, sino un proyecto de vida.
Desde el inicio de la canción, se menciona al “peón de Las Marías” y a una “mujer en Aguadilla”, una pareja que llega a la ciudad de Nueva York para trabajar en fábricas con sueños de cantar. Esta pareja eran los padres de Alicia y Lucy: Bernardo y Josefina, quienes, en realidad, llegaron a Chicago, la tercera ciudad con mayor diáspora boricua.
Alicia y Lucy habían sido visitadas en la cárcel por Corretjer, quien ya las conocía de la lucha independentista. Ambas habían vivido su vida en Chicago y pasaron 19 años tras las rejas. El Poeta Nacional decidió honrar su esfuerzo en el ahora icónico poema, al elevar la nacionalidad por encima del certificado de nacimiento y hasta de la fluidez del español.
“Y yo soy puertorriqueño sin na’ pero sin quebranto”
¿Pero quiénes fueron las originales “Boricuas en la luna”, en su propio mérito y acciones? En su niñez, Alicia y Lucy fueron ambas muy estudiosas y no contaban con ninguna falta o récord criminal. Al experimentar discriminación en sus escuelas y comunidades de Chicago, a su temprana adultez, deciden unirse a la lucha revolucionaria por la independencia de Puerto Rico desde su ciudad en la diáspora.
En 1980, el Federal Bureau of Investigations (FBI) las acusa criminalmente de participar en actos terroristas por su militancia política. La fiscalía no pudo demostrar que ellas participaron en ninguno de los “bombazos” atribuidos a las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN, “los Macheteros”). Aun así, fueron encontradas culpables de “conspiración sediciosa”, sentencia impuesta a la gran mayoría de nuestros(as) prisioneros(as) políticos(as).
Las sentencias de las hermanas Rodríguez Vélez provocaron revuelo por ser desproporcionadas a lo que el Estado pudo demostrar en el juicio. A Alicia la condenaron a 55 años y, a Lucy, a 85. El delito de “sedición” dictaba una condena de 25 años. La razón fue el clima antiizquierda de la Guerra Fría contra los movimientos sociales acusados de ser “antiamericanos” y “comunistas”. A la vez, ambas hermanas asumieron la usual postura de no defenderse si no eran declaradas prisioneras de guerra, ya que Puerto Rico es una posesión colonial y sus movimientos de liberación se entienden legítimos bajo ley internacional.
Las hermanas Rodríguez Vélez pasaron sus casi dos décadas tras las rejas con buena conducta. Esta acción les ganó una campaña de excarcelación masiva e internacional para un perdón presidencial. Se unieron personalidades tan diversas como el expresidente Jimmy Carter; el premio Nobel de la Paz sudafricano, Desmond Tutu; la organización Amnistía Internacional; y un comité de la propia Cámara de Representantes estadounidense.
Al fin, en 1999, el presidente Bill Clinton conmutó sus sentencias, a la vez de la mayoría de los restantes independentistas encarcelados(as). Las condiciones para conmutación exigían la renuncia a la lucha por la independencia de Puerto Rico y al uso de la violencia para este fin. Alicia y Lucy aceptaron renunciar al método revolucionario. No así, no a sus ideales libertarios.
“¡Yo sería borincana aunque naciera en la luna!”
Al salir de prisión, ambas hermanas regresaron al campo de su amado Puerto Rico, donde continúan viviendo y rara vez están en la luz pública. En distintos espacios, se les reconoce como las musas del himno que une a boricuas, de cualquier ideología, en cualquier lugar del mundo… o la luna.
Es nuestro deber que también se les conozca como mujeres puertorriqueñas revolucionarias, que dedicaron su vida a su patria, lucharon por el archipiélago añorado de sus padres y, por ello, perdieron su libertad.
¡Conoce, nombra y honra a Alicia Rodríguez Vélez!
¡Conoce, nombra y honra a Lucy Rodríguez Vélez!
Referencias
Podcast: Fiel a la Vega, Chente Ydrach (https://www.youtube.com/watch?v=ZjCcSaRIWSk) Desalambrando con Lucy y Alicia Rodríguez, Radio Casa Pueblo (https://youtu.be/ina5UutJkA4)
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