Fotos de Ana María Abruña Reyes
La maternidad y la amistad pudieran parecer temas serios para muchas personas, pero un grupo de mujeres encontró la manera de reírse y de escribir, dirigir y protagonizar una comedia que lleva a reflexionar sobre ambos asuntos.
Se trata de Parto, la nueva película de Teatro Breve que retoma la labor de parto como un asunto que despierta la sororidad. El filme aborda el tema desde la perspectiva de las mujeres, en lugar de centrarse en las intervenciones médicas, practicadas mayormente por hombres.
“Yo creo que esto es… quitarle de las manos a muchos médicos varones el parto porque, en algún momento, se adueñaron y convirtieron el parto en casi una enfermedad… Yo creo que esto es más retomando eso que tal vez tenía la partera de escuchar un poquito más a la naturaleza”, señaló la actriz Cristina Soler sobre la película.
El elenco está protagonizado por Lucienne Hernández, quien también escribió el guion; Isel Rodríguez; Lourdes Quiñones; y Kisha Burgos. Además, fue dirigida por la cineasta puertorriqueña Vivian Bruckman-Blondet, mientras Cristina Soler, René Monclova y Luis Gonzaga completan el elenco.
Parto narra la maternidad desde la perspectiva de una mujer de 40 años que se va a convertir en madre por primera vez y llama a su grupo de amigas de la infancia para que la acompañen durante el proceso.
“En realidad no es algo nuevo. En las sociedades, quienes parían eran un chorro de mujeres juntas” destacó Isel Rodríguez sobre el filme que recupera la idea cada vez más aceptada en la sociedad de rodear el parto de mujeres. “Mujeres que te acompañen en ese proceso, que hayan pasado por el proceso antes, que puedan contestar preguntas y, de momento, la amistad añade a eso confianza”, continuó Rodríguez.
Sin embargo, también hay una parte “extrema” y “hippie” que quieren destacar de esos procesos; de ahí, la comedia.
“En nuestra búsqueda por recobrar y retomar nuestro poder en ese proceso, nos hemos vuelto muy chistositas. La cosa hippie, el extremo, el también —como mujeres— querer controlarlo todo para que sea perfecto, eso a mí me genera mucha risa… y parte de la maternidad es ese debate del control”, subrayó Lourdes Quiñones.
Los partos pudieran ser más humanizados
De hecho, todas las protagonistas del filme son madres en su vida diaria y narraron que sus experiencias de parto no fueron humanizadas, a algunas les faltó compañía y, para otras, fue uno de los momentos más difíciles de su vida.
Kisha Burgos, por ejemplo, tuvo a su niña durante la pandemia y le tocó estar sola después de su proceso de cesárea. “Nadie podía estar conmigo y ese bebé llorando ahí y yo no podía hacer nada”, contó con impotencia del momento en que salió de la sala de operaciones y los temblores incontrolables de su cuerpo no le permitían encargarse de su cría. “Hasta el proceso de la cesárea podría ser más humanizado”, sentenció.
Lucienne Hernández, quien escribió el guion, también tuvo una cesárea y recordó su inicio de la maternidad como un proceso difícil y muy solitario. “Yo llorando le dije a mi esposo: ‘todo el mundo se lo está gozando menos yo’”, relató sobre el momento en que muchas personas se acercaban a su recién nacida para decirle que estaba bonita, pero ella no se sentía bien.
Soler, por su parte, lo describió como “la experiencia más horrible” de su vida, incluso estando rodeada de médicos prominentes en un hospital de San Juan.
A Quiñones, por otro lado, su proceso de embarazo y parto la llevó a estudiar medicina natural. “Para estudiar medicina naturopática, tuve que estudiar medicina tradicional y recuerdo que ese proceso (me ayudó) a sanar mi cesárea porque yo llegué al hospital con nueve milímetros (de dilatación) y no pude parir (de forma vaginal) porque llegué a la intervención médica donde me asusté demasiado, donde las mujeres que me estaban acompañando no estaban allí”, relató sobre su experiencia la actriz y médico naturópata a la cual le gustaría que hubiese más diálogo entre los obstetras y las parteras.
Finalmente, Rodríguez —quien también protagonizó el filme La Pecera (2023)— destacó que sus dos partos fueron fuera de Puerto Rico y, la primera vez, el doctor nunca llegó al hospital. “Me tocó una attending (médico adjunto) y eso era como un revolú”, dijo sobre el momento en que dio a luz.
“[El parto] es una cosa tan visceral que el cuerpo completo empuja ese bebé para afuera sin que tú lo ayudes… De momento, hay una personita ahí… y ahí te toca, ahí es a leer libros por ahí para abajo, a llamar gente, a llamar las amigas que han tenido hijos que esas son las que te van a ayudar”, continuó Rodríguez, quien hizo referencia a cómo también el filme retrata la amistad como una parte crítica de la maternidad.
La película también retrata a personajes que navegan la vida en pareja, la soltería y hacer las paces con la no maternidad.
La producción estuvo a cargo de Naíma Rodríguez, Carmen M. Otero, Lizaida Rivera y Ariel Annexy. Además, es la segunda producción cinematográfica de Teatro Breve, luego de la comedia Picando Alante (2021).
A preguntas sobre si seguirán produciendo películas en el futuro, Quiñones se adelantó y dijo: “Es como tener hijos… hay que pensarlo”. El elenco describió el proceso como “largo” y Hernández aseguró que la película comenzó a pensarse hace ocho años, se empezó a escribir en el 2019 y no es hasta febrero de 2025 que se estrenará en cines.
Ahora, con emoción y nervios esperan ese estreno el próximo 6 de febrero de 2025 en las salas de cine.