Fotos por Ana María Abruña Reyes
Veinticinco minutos tomó proyectar los nombres de las 342 mujeres asesinadas en Puerto Rico, víctimas de la violencia machista, desde 2019.
Cada nombre es mucho más que un conjunto de letras. Es la interrupción de una vida en la que había planes, vínculos, rutinas, sueños y futuro. Es la noticia que devastó a una madre; el desconsuelo de hijos e hijas que se llamaron huérfanos antes de tiempo; la silla vacía en los encuentros familiares, el silencio al otro lado del teléfono y el mensaje de WhatsApp que nunca más va a llegar. Es también una comunidad transformada por el dolor de una pérdida para la que nadie estuvo preparado.
Todo eso 342 veces.
En la víspera del Día de No Más Violencia contra la Mujer, Coordinadora Paz para la Mujer convocó a un acto de recordación de estas mujeres frente al Capitolio.
Primero, mientras caía la tarde, más de una treintena de representantes de organizaciones cargaron banderas violetas en la calle que conduce al Viejo San Juan por el lado norte. Unas cuantas personas tocaron bocina, levantaron su puño o gritaron alguna consigna en señal de apoyo. Pero, ni siquiera cuando las mujeres se juntan para reclamar una vida libre de violencias se libran del machismo. Un par de risas burlonas y gestos obscenos; un hombre que lanzó su guagua hacia una manifestante para mal estacionarse frente a la Plaza San Juan Bautista, y otro, en bicicleta que sin ninguna pena dijo: “pero si más violentas son las mujeres”.

Ya de noche, la directora ejecutiva de CPM, Vilma González Castro, tomó el micrófono para responsabilizar al Gobierno por la falta de políticas públicas de prevención que sean efectivas contra la violencia machista.
“Lo que vemos hoy en la agenda legislativa y gubernamental es un patrón claro: medidas que no previenen, no protegen y no responden a las realidades de quienes viven violencia. Son propuestas que legislan nuestros cuerpos, que imponen obstáculos, que añaden miedo y que, en vez de acompañar, profundizan la vulnerabilidad. Todo esto mientras el gobierno insiste en promocionar una visión de ‘prevención’ que no toca las raíces del problema y que, en ocasiones, reproduce la misma violencia que dice combatir”, dijo.
González Castro estableció que cada nombre proyectado esa noche “representa un sistema que no cumplió su promesa más básica: proteger la vida”.
También habló la directora ejecutiva del Observatorio de Equidad de Género, Stephanie Figueroa Figueroa. La entidad ha registrado 455 feminicidios desde el 2019. Como parte de su metodología, el Observatorio incluye en la cifra muertes por sobredosis, por considerar que son muertes prevenibles en las que el Estado tiene responsabilidad, y muertes que permanecen bajo investigación, como una forma de velar por que sean esclarecidas.
“Cada feminicidio es una deuda contra la justicia, una herida en la sociedad y un fracaso institucional. Las cifras estremecen”, apuntó.
Figueroa Figueroa agregó que, al menos, 156 menores permanecen en estado de orfandad, muchos de ellos testigos del asesinato de sus madres. Además, señaló que el Observatorio registra 356 intentos de feminicidio desde 2020 y más de 50 mujeres y niñas desaparecidas.
“Exigimos esclarecimiento inmediato de los casos pendientes, reconocimiento pleno de todos los feminicidios, educación con perspectiva de género en las escuelas, recursos sostenidos para albergues y organizaciones de servicios, responsabilidad del Estado en cada vida perdida por su negligencia”, reclamó.
Lee aquí: Reclaman justicia por las 455 víctimas de feminicidio desde 2019

El plan de CPM era proyectar los nombres de las mujeres asesinadas en la fachada del Capitolio. Sin embargo, las luces que colocaron por motivo de Navidad, y la renuencia del personal a apagarlas por un rato, obligaron a cambiarlo.
Los nombres se proyectaron sobre el árbol de Navidad que ubica al centro de la Plaza de la Democracia. Fueron 342. Veinticinco minutos para proyectarlos, y un contingente de mujeres pendientes de que no se sumen más.






