En otras palabras, “subestimaste mi inteligencia”. Es el truco perpetuo que juega la supremacía blanca y el clasismo sobre personas étnica o racialmente minorizadas, y el yugo/broma que estas personas llevan. Es la microagresión más frecuente que experimento en espacios académicos con el supuesto ––dizque–– halago “¡qué articulada eres!”
El Chapulín Colorado es un superhéroe cómico, creado por el artista mexicano Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como Chespirito (el pequeño Shakespeare) en la década de los 1970.
Siempre que el Chapulín resuelve un problema, ya sea al azar o a propósito, responde “¡No contaban con mi astucia!” La película Blue Beetle, la cual le rinde homenaje a este amado personaje a través de América Latina es ––entre otras cosas–– exactamente eso, ¡astuta!
El director puertorriqueño Ángel Manuel Soto y el escritor mexicano Gareth Dunnet-Alcocer toman el personaje de DC Comics Jaime Reyes (2006) y lo transforman en una cinta que, más que responder a un vacío de superhéroes en el cine, asume los temas de representación, impacto, y capitalismo con seriedad.
La camioneta, el escudo en forma de corazón, y los grillos ambientando las escenas nocturnas ––solo por nombrar unas pocas–– son una extensión del paralelismo entre personajes y las posibilidades de lo que significa tener mayores números de representación en el cine de producción masivo con integridad y astucia. ¡Duro!
Siempre hay espacio para crecer, reflexionar, criticar, y cosas para descartar. Es así, especialmente, cuando se trata de las imposibilidades de capturar y representar las complejidades étnicas y culturales de un grupo de personas en movimiento a través de generaciones y experiencias en una sola película que tiene que interpelar a suficientes de manera individual para convertirse en un éxito taquillero. Es por eso por lo que me quiero enfocar en lo que la película sí hace y la utopía hacia la que apunta a través de relaciones y comunidad, en vez del aislamiento y el individualismo.
Hay temas feministas…
La teóloga feminista, María Pilar Aquino, escribe acerca del derecho de integridad, bienestar, y belleza de las mujeres argumentando acerca de “la necesidad creciente de emancipar las motivaciones internas de las mujeres” (Our Cry for Life, 1993, 183).
Las mujeres en la vida de Jaime no son un suplemento de adornos sin personalidad, sino personas integrales al corazón y la formación de nuestro héroe mientras participan de manera activa de las luchas y solución de problemas en la película.
Existe también representación cultural y étnica que apunta a las historias de latines sin contar en Estados Unidos de manera masiva, específicamente, acerca de los movimientos de oposición militar y revolucionaria.
La película rompe con el tropo de la abuelita dulce, como lo hizo la película Encanto, añadiendo textura a las matriarcas que levantan a estas familias y mostrando las estratificaciones de la historia de Estados Unidos con sus países latinoamericanos. También, la villana de la película es mujer. Más allá de que Susan Sarandon hace este papel, es un personaje sin cualidades redimibles en el sentido maniqueo (totalmente opuesto al bien). En el diálogo, les personajes principales y la villana nombran el sexismo y la discriminación por razón de género que ella ha tenido que enfrentar. Su maldad nunca está relacionada con su sexo o identidad de género. Hay comedia y sentido del humor, pero nadie es bufón, todes les personajes son importantes. En la película, el poder del héroe está descentralizado a través de la participación ecualizada. No hay un salvador.
El tema alrededor de la tierra y la gentrificación no solo se representó en el diálogo y la situación de la familia Reyes, sino que también se solidificó en el nombre de la ciudad, Palmera City. Aunque la ciudad es un lugar ficticio, es una referencia a la despojamiento de tierras de la gente pobre y negra en las costas del Caribe y América Latina. No puede ser coincidencia; dispara directo al corazón de cientos de miles de personas desalojadas y desplazadas ––––¿a poco no?
… y temas religiosos, míticos y trascendentales
Hay elementos católicos visibles, como las imágenes de la Guadalupe, rosarios, velas para rezos, y familiares echando la bendición. Hasta nuestro héroe reza el Padre Nuestro cuando Khaji-Da (la escarabajo) no responde, pierde toda esperanza, y está a punto de reventarse contra el piso–– no le quedaba más que encomendarse.
Más que lo evidentemente religioso, los temas de lazos familiares y trascendencia espiritual se consolidan en el corazón de Jaime y centran la lucha por la unidad y las relaciones ideales. La familia Reyes no es perfecta. Yo pensaba que era la única a la que la familia le acumulaba las malas noticias y lee dejaban vivir en un falso sentido de seguridad y estabilidad mientras estaba fuera del país, solo para destruir mi ilusión tan pronto llego a mi Palmera City. Aun así, el énfasis en la responsabilidad mutua de cada miembro familiar y de la familia extendida, y la integración de sus subjetividades, muestra simultáneamente una práctica de relaciones permanentes y transcendentales.
La película comienza con el reconocimiento de la crueldad que yace en la idea de una movilidad social ascendente (upward mobility) (véase Berlant, Cruel Optimism, 2011) y el mito del progreso linear para luego mostrar el contraste en las redes de relaciones y la inter/intradependecia a través de diversidad generacional, ideológica, de género, y clase. Hasta los muertos y los ancestros son parte evidente de la comunidad y travesía del héroe. Fuera de la unidad familiar, el mito de la movilidad social ascendente es también desafiado por el énfasis de en las relaciones comunitarias. Muestra unidad y apunta a un ideal donde todes les latines, aun aquelles en el “lado equivocado” que trabajan como cuidadores del poder y los sistemas, son capaces de verse mutuamente guiades por un impulso moral de solidaridad. La película juega con la realidad y la imaginación de manera integral. Presenta escenas idílicas y utópicas que pintan un futuro de equidad y justicia socioeconómica al parecer imposibles –– pero para qué nos sirve la utopía, sino para caminar (véase Galeano, Las Palabras Andantes).
Puede que tú sospeches tanto como yo de la insistencia en que la solidaridad puede resistir el atractivo del capitalismo y la autopreservación, y que el mito de unidad latine puede superar la xenofobia y el racismo. La frustración que genera la facilidad de pintar un mundo ideal frente a la realidad con la que une se enfrenta a diario como minoría étnica y racial podría hacernos pensar que estamos leyendo mucho en esta película. También puedes estar cansade de la decepción que significa esperar contra toda esperanza. Pero qué es la esperanza si no entender que la realidad, aunque material y operacional, no determina todo lo que es posible.
Las imágenes e ideas que crean las películas nos ayudan a concebir otras posibilidades, aunque parezcan imposibles. La magia y la astucia del cine no está en la recreación de la realidad o la legitimización de un verdadero mundo falso por medio de efectos especiales asombrosos, sino en las imágenes en sí, que le proveen al espectador un mundo de posibilidades que no están determinadas por aquello en lo que puede reflejarse o con lo que puede relacionarse, sino por aquello en lo que puede poner sus esperanzas y soñar.
