Santo Domingo, República Dominicana.- Los resultados de las pasadas elecciones presidenciales y congresionales dominicanas fueron un duro golpe para las propuestas políticas basadas en la defensa de derechos y la representación de las mujeres.
Como se esperaba, el presidente Luis Abinader, conocido tanto por su buen manejo de la crisis económica que produjo la pandemia causada por el Covid, como por su duro discurso antiinmigración, resultó electo en primera vuelta con el 57.46 % de los votos. Los otros dos candidatos de partidos mayoritarios, el expresidente Leonel Fernández, de Fuerza del Pueblo; y Abel Martínez, del Partido de la Liberación (PLD) también tienen discursos antinmigrantes, y lograron el 28.84 % y el 10.39 % de los votos respectivamente. Haití, la migración haitiana y la soberanía nacional fueron temas de debate en la campaña electoral.
Ese debate no es solo puesto en la opinión pública por estos políticos tradicionales. También es azuzado por grupos que se hacen llamar de “la nueva derecha” y que tienen gran presencia mediática, especialmente en las redes sociales.
“En la mayoría de los países donde irrumpen estas derechas, no necesariamente se trata de que ganen elecciones, sino de cómo se convierten en centrales en el debate público, y están llevando el debate en muchas de nuestras sociedades a los planos ideológicos que ellos quieren, y, por lo tanto, un tema como el de la migración en la República Dominicana se plantea desde un marco de la ultraderecha”, explicó el politólogo Elvin Calcaño en el programa A partir de ahora, de Acento TV.
Candidatos de partidos minoritarios
Las dos mujeres aspirantes a la presidencia, María Teresa Cabrera, por el Frente Amplio; y Virginia Antares, por Opción Democrática, presentaron propuestas basadas en los derechos humanos. Antares obtuvo el 0.58 % y Cabrera el 0.14 % de los votos. Fulgencio Severino, de Patria Todos, también considerado progresista, fue votado solo por el 0.06 % de los electores, de acuerdo con los resultados preliminares de la Junta Central Electoral.
De su lado, Roque Espaillat, del Partido Esperanza Democrática, vinculado a la herencia de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, que encarna antivalores como la represión, la censura, el asesinato de quien piensa distinto y el odio a los haitianos y dominicanos de ascendencia haitiana, obtuvo el 1.36 % de los votos.
Por Carlos Peña, de Generación de Servidores, relacionado con el movimiento evangélico ultraconservador, votó el 0.64 % de los electores. Peña no apoya las tres causales, que permitirían a las mujeres abortar en caso de que su vida esté en riesgo, el feto sea inviable o el embarazo sea producto de la violación o el incesto.
Panorama legislativo
En el Senado, solo cuatro de las 32 curules serán ocupadas por mujeres, lo que muestra un estancamiento en la representación femenina de las provincias. La cifra se mantendrá igual que en el cuatrienio pasado. Lía Díaz Santana (Azua), Aracelis Villanueva (San Pedro de Macorís) Ginnette Bournigal (Puerto Plata) y Mercedes Ortiz (Hermanas Mirabal) fueron electas.
Pero no es solo cuestión de números y representación. Las propuestas más conservadoras y promotoras de antiderechos tomaron aún más fuerza tanto a lo interno de los partidos tradicionales como en el Congreso.
El Distrito Nacional, capital de la República, estará representado principalmente por políticos que no apoyan derechos de las mujeres ni de otros grupos. Omar Fernández, de Fuerza del Pueblo, un joven conservador que está en contra de las tres causales, porque considera que dos de ellas son inconstitucionales, sustituirá a Faride Raful, del PRM, que defiende los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y otros derechos humanos.
Raful no fue candidata en las pasadas elecciones. Su partido, el PRM, decidió llevar en su lugar a Guillermo Moreno, de Alianza País.
En la Cámara de Diputados, la capital perdió a José Horacio Rodríguez, de Opción Democrática, uno de los impulsores de la ley en contra del matrimonio infantil, y promotor de los derechos humanos.
Aunque fue muy votado en la circunscripción número uno del Distrito Nacional, con más de 14,000 votos, no resultó electo porque en la República Dominicana los diputados son escogidos con el método D’Hondt, que, entre otros aspectos, toma más en cuenta la cantidad de votos al partido, que los votos directos al candidato. Con esa lógica, candidatos con menos de la mitad de los votos obtenidos por Rodríguez sí representarán a los capitaleños y capitaleñas en el Congreso.
En la provincia de Santo Domingo fue reelecto el senador Antonio Taveras que, en principio, no se opone a las tres causales ni mantiene un discurso antiderechos. Pero, tuvo diferencias con parte del movimiento feminista porque propuso que se aprobara el Código Penal sin las causales, y el tema se abordara en otra ley.
Debido a las complejidades del método D’Hondt, Jhonatan Liriano, candidato a diputado por el Frente Amplio, con un discurso pro derechos y defensor de las tres causales, quedó fuera, aunque su propuesta fue muy votada en la circunscripción número tres de Santo Domingo Este, integrada principalmente por barrios de clase trabajadora, marginados y en menor proporción de clase media. El discurso de Liriano se centró en la reivindicación del rol de las trabajadoras y los trabajadores en la sociedad y en la promoción de sus derechos laborales.
Otro candidato que promovía derechos sociales, especialmente el derecho a la salud pública, y perdió, fue Chanel Mateo Rosa, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), quien aspiraba a diputado por la circunscripción número uno del Distrito Nacional.
Nicole Pichardo, candidata a diputada de Opción Democrática, con un discurso proderechos de las mujeres y sociales, pidió recuento de votos, porque en su circunscripción, la número cuatro de Santo Domingo Oeste, hubo más de 5,734 votos nulos, y su diferencia con el contendor más cercano, Miguel Espinal, de Fuerza del Pueblo (FP) es de solo 278 votos. El 22 de mayo todavía se desconocía el resultado de esta revisión.
Debido a que hay reclamaciones en curso, se desconoce la composición definitiva de la Cámara de Diputados, integrada por 190 representantes, pero se sabe que será mayoritariamente del partido de Gobierno, al igual que el Senado, donde 29 de las 32 curules serán ocupadas por el oficialista PRM y aliados, y tres por Fuerza del Pueblo según los resultados preliminares.
Esta concentración de poder, además de la presencia de los sectores más conservadores del propio partido de gobierno en el Congreso, representan un reto para la promoción de los derechos y para el avance de los grupos progresistas.
Fuera y dentro de los partidos tradicionales, los sectores más conservadores, incluyendo a parte de las cúpulas de las iglesias católica y protestantes, hacen esfuerzos por identificar aliados en todos los partidos, incluyendo los más progresistas, como se mostró con la plataforma Vota Bien, en la que se evaluaba a los candidatos con los siguientes criterios: 1. defiende el derecho a la vida desde la concepción (léase está en contra de las tres causales), 2. se opone a la promoción de la ideología de género y de la agenda lgbt (léase está en contra del matrimonio lgbt, el feminismo, etc), 3.muestra compromiso con la defensa de la soberanía y de la seguridad nacional (en el contexto dominicano, al hablar de soberanía, se refieren, por lo regular, al rechazo a la inmigración haitiana y a una idea irracional de que Haití invadirá el país o que grupos extranjeros buscan “fusionar” las dos naciones en un solo estado), y 4. protege el derecho de los padres sobre la educación de sus hijos, incluyendo la disciplina (léase que se opone a la educación sexual en las escuelas).
De su lado, los grupos políticos proderechos no pudieron aliarse, ni promover sus ideas de forma conjunta. Opción Democrática, el Frente Amplio y Patria para todos y todas acudieron por separado a la contienda electoral, tras varios intentos de alianzas. Y no hubo una plataforma similar a Vota Bien impulsada por progresistas no vinculados directamente a estos partidos.
En cambio, en ciertas demarcaciones Opción Democrática hizo un acuerdo con Fuerza del Pueblo, que, aunque se explicó que no era programático, sino solo electoral, suscitó críticas entre algunos seguidores. Y el Frente Amplio hizo acuerdos electorales con el partido de gobierno, que, aunque se comprometió a aprobar las causales, en cuatro años de control del Ejecutivo y el Congreso no cumplió su promesa de campaña, aunque sí logró consensos para otros temas, como la aprobación de préstamos.
Franiel Genao, secretario general de Opción Democrática, escribió en su cuenta de X: “Los resultados de Opción Democrática (OD) el pasado domingo nos obliga hacer una reflexión profunda sobre lo que ha pasado. Este sábado se reúne la Dirección Política para comenzar ese proceso de reflexión que debe culminar con elección de las nuevas autoridades de OD y una reforma institucional que fortalezca nuestro partido”.
