Fotos y video por Nahira Montcourt
Tres mariposas gigantes color amarillo y violeta entraron sigilosas por la puerta de la tienda Old Navy, en Plaza Las Américas, en San Juan. Eran las hermanas Mirabal, las tres dominicanas asesinadas por el régimen de Rafael Trujillo un 25 de noviembre de 1960. Las Mariposas por quienes el 25N se convirtió en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Las cargaban integrantes de la organización Colectiva Feminista en Construcción, mientras otras personas llevaban micrófonos y pancartas alusivas al 25N. Fue un vuelo silencioso, iniciado a las 5:00 en punto, hasta ubicarse en el atrio central del centro comercial, forrado con alfombra roja y repleto de adornos navideños y dos cascanueces gigantes.
El alboroto de las pleneras llegó por la puerta que da al atrio central. Era el resto de las manifestantes, que entró en dos filas al son de plena, pero con un aire solemne, anticipando que la parranda que venía no sería por Navidad. Se acomodaron en semicírculo junto al resto de las personas, y, cuando estuvieron todas, se identificaron con su clásica comparsa:
Antipatriarcal, feminista, lesbiana
trans caribeña latinoamericana
conectando con la Pachamama
revolucionando en la calle y en la cama.
Los compradores se detenían asombrados. Algunos grababan, los más chicos bailaban. Otros tantos aceleraban el paso. También estaban los que aceptaban los folletos que repartían y leían en letra violeta “NI UNA MENOS”, junto a tres mariposas e información sobre qué es la violencia de género y por qué es necesario organizarse políticamente fuera de partidos políticos. Porque, como se leía en una de las pancartas, “hacemos política todos los días”.
Macharrán, macharrán,
Conmigo no te equivoques
La pela te voy a dar
No me mires, no me toques.
Ni una menos
Ni una menos
No vamos a aguantar
Nosotras las mujeres contra la austeridad.
Luego que se desplegaran tres banderas violetas con el mensaje “NOSOTRAS LUCHAMOS X LA VIDA”, Zoán Dávila, una de las portavoces de la Colectiva, explicó a los presentes que estaban ahí por la lucha contra la violencia de género, por las que dieron su vida, por las hermanas Mirabal. “Honramos también a las mujeres, porque también acá en Puerto Rico mujeres como Lolita Lebrón, como Blanca Canales, como Adolfina Villanueva, como Taty Fernós y como muchas otras compañeras, que algunas todavía nos acompañan, también hemos luchado desde nuestro país por un mejor porvenir”, expresó.
En el autodenominado “centro de todo”, Dávila insistió: “Estando aquí, nosotras le decimos a ese sistema machista, racista y colonial que no han podido aniquilarnos, a pesar de todo. No han podido aniquilarnos, seguimos aquí”.
Dávila señaló que, en lo que va de año, en Puerto Rico, “han asesinado a 80 mujeres”, una cifra mucho más alta que la que lleva el Gobierno “porque no le conviene decir el número para indicar que el problema no es tan grande, el problema no es de tanta magnitud”. Esta cifra es la que recoge el Observatorio de Equidad de Género en su último reporte.
Agregó que el Estado también “guarda silencio sobre las 28 mujeres y niñas desaparecidas”, muchas de ellas “mujeres negras que han vivido directamente la violencia racista de este Estado”.
Para la Colectiva, la Declaración de Emergencia por Violencia de Género, decretada por la Orden Ejecutiva 2021-013 a inicios del cuatrienio del gobernador Pedro Pierluisi y extendida en 2023 hasta finales de este año, “quedó en letra muerta” y “no hay manera de decir que realmente se ha atendido ese problema en este país”.
Además, Dávila anticipó que, con la gobernadora electa Jenniffer González, se vienen “amenazas” similares a las que han enfrentado en el pasado. “Nos enfrentamos en los próximos cuatro años a la restricción de nuestros derechos sexuales y reproductivos… a la apropiación y venta de nuestras playas, de nuestros recursos naturales, de nuestras comunidades, nuestros hogares. Esa es la promesa a la que nos enfrentamos, la promesa del caos”, dijo en referencia a la Ley Promesa, que impuso la Junta de Control Fiscal en Puerto Rico. Pero ante esto, aseguró, “nosotras nos juntamos y luchamos por nuestras vidas”.
Ante los aplausos y gritos de los presentes, las pleneras reiniciaron el canto cambiándole la letra a varias comparsas navideñas por frases feministas.
De las hijas de mamá, yo soy de las luchadoras
De esas que se van a todas pa’ parar al macharrán.
Saludos, saludos, vengo a saludar
Y contra la junta yo vengo a luchar.
Otra de las portavoces y cofundadora de la Colectiva, Shariana Ferrer Núñez, utilizó su alocución para llevarle un mensaje al alcalde de Arecibo, Carlos “Tito” Ramírez, quien hace unos días dijo, ante el cierre de una sala de parto en su municipio, que “las mujeres no quieren parir y la excusa es el costo de vida”.
Ferrer Núñez cantó al son de plena:
No voy a parir
si no mejoran nuestro país.
Que quiero carros caros
Dicen por ahí
Y no hay salas de parto
¿Dónde vo’ a parir?
La portavoz de la Colectiva explicó que le llamaron “Fogueo Feminista” a esta protesta porque “estamos calentando motores para la lucha que hay que hacer. Organizándonos, organizados para construir esa vida digna que merecemos todas las personas que vivimos aquí”.
Para Ferrer Núñez, “llevamos años difíciles en Puerto Rico… La mayoría de las que estamos aquí presentes no tenemos recuerdo de los viejos tiempos y de mejores condiciones. Hemos nacido y hemos sido criadas a pesar de la crisis… a pesar de que han intentado todo por desmantelarnos”.
La líder feminista se expresó en contra del desmantelamiento de los sistemas de educación y salud, del despojo de las tierras y de la edificación de un país “donde no podamos existir” a costa de beneficios políticos y económicos para unos pocos.
Sin embargo, Ferrer Núñez recordó que “venimos de una larga trayectoria de resistencia” y, por toda esa gente, “sobre su sangre, sobre su sudor, sobre sus lágrimas, sobre su trabajo, sus alegrías, sus sueños, nosotras estamos aquí pisando firme y diciendo que no han podido aniquilarnos y que no podrán”.
No han podido aniquilarnos
No han podido.
Las mariposas marcaron el camino de salida con una bandera en la que se leía “Nosotras por nuestras vidas”, y las pleneras las siguieron. El centro comercial pareció volver a la normalidad mientras las participantes se abrazaban en las afueras, anticipando las tantas manifestaciones que organizarán. Minutos después, volvió el alboroto al atrio central: era la hora de la “nieve”.