Fotos por Ana María Abruña Reyes
Zuleyka Morales Rivera, la puertorriqueña que se unió a la Flotilla de la Libertad (Flotilla Global Sumud), que se encaminó a finales de agosto hacia la Franja de Gaza con el propósito de romper el bloqueo israelí, regresó hoy, sábado, a su patria, luego de haber sido secuestrada por el ejército de Israel y estar cinco días en cautiverio.
Un recibimiento de heroína boricua le dio el grupo Madres contra la Guerra, encabezado por Sonia Santiago, sus padres, allegados y otras personas que acudieron al aeropuerto Luis Muñoz Marín para celebrar la valiente gesta de esta mujer, nacida en Humacao y criada en Las Piedras.

Arropada con una bandera de Puerto Rico, mientras quienes le esperaban coreaban “Viva, viva Palestina”, no tardó en recordar la violencia sistemática e histórica que enfrentan en la Franja de Gaza.
“Ya van más de 70 años del genocidio del pueblo palestino. Lo que está pasando ahora mismo es la solución final, que significa que van a tratar de exterminar y de matar a todos los palestinos para entonces apoderarse de todos sus recursos naturales”, estableció.
El total de personas asesinadas en la Franja de Gaza por los ataques de Israel supera los 65,000, según cifras del Ministerio de Salud de Gaza. Sin embargo, personas expertas estiman por encima de 100,000 las víctimas. La mayoría son mujeres y niños. La cifra de heridos, muchos con amputaciones, es significativamente mayor.
Misión humanitaria frustrada por el ejército de Israel
Morales Rivera, una veterana de la Infantería de la Marina, viajó a bordo de una embarcación con exmilitares de Estados Unidos, que zarpó desde Barcelona el 31 de agosto. Según dijo, pensaron que realmente podrían lograr establecer un corredor humanitario para hacer llegar la ayuda que urgentemente se necesita.
Sí, siente frustración por no haber podido llegar con los alimentos, fórmula para bebé y equipo médico que se transportaba en las más de 40 embarcaciones que conformaron la flotilla. La mayoría fue interceptada por Israel, la noche del 1 de octubre, en lo que era la etapa final de su viaje a Gaza. Sin embargo, dijo que la acción concertada de los cientos de activistas a bordo de los barcos debe servir para cambiar la percepción del mundo entero: “decir ‘mira, estamos tratando de hacer esto y el estado genocida no lo permitió’”.
“Fuimos secuestrados porque esta gente (el ejército de Israel) cree que puede hacer lo que le da la gana. Si yo estoy en aguas internacionales, ellos no tienen ningún tipo de jurisdicción sobre mi cuerpo”, estableció.
“Cuando nos sentaron frente a este juez o lo que sea que fuera, nos dijo ‘¿te quieres ir de Israel?’ ‘Pero es que yo nunca vine a Israel. Yo iba de camino a Gaza y ustedes me secuestraron. Nosotros estábamos a 48 millas náuticas de Gaza y teníamos toda la intención de llegar allá y ustedes como se creen que pueden hacer todo lo que quieran, nos secuestraron y nos dijeron ‘te tienes que ir para tu casa’, pero eso no es lo que nosotros queríamos’”, contó.
El secuestro significó encarcelamiento y más de 30 horas sin alimentación. Su madre, Amparo Rivera, sufrió, como nunca, los días que no tuvo noticias de su hija. “Fue terrible, pero estoy contentísima de que está ya en casa. Yo sabía que ella iba a poder, pero fue terrible”, contó la mujer, que ahora espera que su hija pueda descansar y recuperar el peso que perdió.
Imperialismo aquí y allá
A su regreso a Puerto Rico, el mensaje de Morales Rivera es un llamado a la solidaridad y al despertar de conciencias.
“Las fuerzas imperialistas que ahora mismo están depositando bombas encima de las cabezas de niños en Palestina son las mismas fuerzas que te quieren quitar las playas, que te están subiendo los biles de la luz, que se quieren quedar con Cabo Rojo, con Esencia”, dijo.
“Reconocer esta simple verdad, que estas fuerzas imperialistas son las que nos destruyen a todos los cuerpos indígenas por todo el mundo es un paso en la dirección correcta. Esta batalla no es solo de Palestina; esta batalla es de todos nosotros”.
La activista también hizo un llamado a “ahora, más que nunca, tener nuestros ojos en Palestina”. Dijo, desconfiada, que el cese al fuego que se estableció el pasado 10 de octubre es apenas ‘una curita’ sobre más de 70 años de bombardeos, mientras Israel continúa el desplazamiento del pueblo palestino y persisten denuncias de violaciones y restricciones que agravan la emergencia humanitaria.
“Mi enfoque es tratar de conectar las voces, almas y corazones bienintencionados para seguir batallando por la liberación de Palestina porque la liberación de Palestina significa la liberación de todos nosotros”.

Sin dudarlo, Morales Rivera dijo que volvería a tomar otro barco hacia Gaza para llevar ayuda humanitaria y continuar denunciando el exterminio de los palestinos. Solo aclaró que no lo volvería a hacer desde Barcelona, pues el trayecto resultó ser muy largo.
Heroína boricua
Sonia Santiago, lideresa de la organización Madres contra la Guerra, describió a Morales Rivera como un ejemplo a seguir. “Ella representa a la mujer puertorriqueña”, apuntó.
“Ella está bien clara políticamente y representa a la mujer que ha cobrado conciencia de cómo nos han usado por tantos años, como somos una colonia que nos sacan millones, mientras nos dan migajas y nos han contaminado el suelo y el mar”, agregó.
Madres contra la Guerra mantiene un piquete permanente frente al consulado de Israel, en Hato Rey, “para dejarles saber que no son bienvenidos en Puerto Rico y están aquí porque esto es una colonia de Estados Unidos, pero no los queremos”.






