(Fotos: Ana María Abruña Reyes)
Todos los días, Carmen Castelló se sienta unas horas frente a la computadora, ubicada en un escritorio en la sala de su apartamento. Revisa los periódicos de mayor circulación, lee las publicaciones regionales, escucha con detenimiento las noticias de radio y televisión y realiza llamadas.
Toma nota y analiza la información que recoge para llevar registros de mujeres, adolescentes y niñas desaparecidas y mujeres asesinadas.
Después de dedicarse como trabajadora social por 26 años, Castelló quería hacer una tarea que estuviera vinculada a su profesión, y terminó organizando unas estadísticas esenciales que arrojan luz sobre la situación de violencia de género que se vive en el país.
Busca cualquier pista en las noticias para darles seguimiento a los casos. Incluso, revisa si las personas que cometieron el acto de violencia han sido arrestadas, enjuiciadas y sentenciadas. Desde el 2011, recopila información de las asesinadas y, desde el 2013, de las desparecidas.
“Mientras cuidaba a mi mamá y mis sobrinas nietas, quería mantenerme activa y hacer algo relacionado con lo que fue mi profesión de trabajadora social. Sigo viendo las noticias y veía con más frecuencia la desaparición de mujeres, entre ellas menores. Comencé a hacer un archivo, tomando información de la prensa escrita, fotos e iba dando seguimiento. Una vez aparecen vivas o muertas, las saco de la lista, pero publico lo que pasó, es decir, si fue asesinada, cogieron a la persona o está bajo investigación”, expresó la mujer, de 64 años, quien bajo el perfil de Seguimiento de casos mantiene contacto con el público en Facebook.
En sus documentos, se establece que hay 27 mujeres desaparecidas actualmente. En su trabajo de recopilación de datos más reciente, se identifican a 52 mujeres asesinadas en el 2018. De ese número, 23 por violencia de género.
“Desde que comencé, desde el 2013 hasta el 13 de diciembre del 2017, he tenido 94 mujeres desaparecidas. Eso quiere decir que tenía evidencia de prensa y querella. De ese grupo, 65 fueron localizadas vivas, 50 eran menores, entre 12 a 17 años, en ese entonces. Y de 50 menores, cinco vivían en hogares sustitutos del Departamento de la Familia. Aunque sabemos que hay muchas más, en este momento, esta servidora le da seguimiento a 27 que siguen desaparecidas, de las cuales cinco son menores entre 12 y 18 años”, reveló.
En una vista pública de la Comisión de Seguridad del Senado, el pasado febrero, se informó que hay 413 personas desaparecidas, desde el 2014 hasta el presente. De ese número, 72 son mujeres, de las que 36 son menores de edad, según se reportó en la prensa. Sin embargo, en esa misma vista, se estableció que las estadísticas de la Policía no eran confiables.
Si tiene que llorar, llora
Mirar rostros de mujeres, a quienes les arrebataron sus sueños, dijo, roba su alegría. En ocasiones, se detiene para llorar.
Castelló conoce datos de memoria de estas mujeres a quienes siente muy cercana, pues lee el documento con frecuencia. Habla de ellas cual persona que dejó de ver a un ser querido. Se identifica, y se conmueve con cada una de las historias.
“En un principio, era muy fuerte. Había momentos en que cerraba la computadora. Tuve que hacer el ejercicio de tratar de continuar. No es que no me duela, porque duele, y he llorado esa muerte, pérdida. Entiendo que es importante hacerlo y hacer la denuncia, y, en el camino, he contado con personas que apoyan mi trabajo, y eso me da fuerza”, comentó en referencia a distintas organizaciones que usan sus datos como referencia porque sus cifras de mujeres asesinadas y desaparecidas suelen ser diferentes a las de la Policía.
“Una de mis hermanas me dice: ‘Tú eres un ángel para esas mujeres que están desaparecidas. Como esa voz de conciencia para que no nos olvidemos de esas caritas y esos nombres’. No se puede permitir que en nuestro país sigan pasando unas cosas, que yo no veía antes y que se queden impunes. Si no se le da seguimiento, ¿cuál es el mensaje para el hombre machista? ‘La voy a matar y desaparecer porque aquí no me van a coger’. Por eso, la importancia que le doy a los casos”, agregó quien para reponerse piensa en sus sobrinas nietas Zaidimar, Alba y Aurora, y en su sobrino nieto Jorge, porque no tiene hijos.
El hecho de que la Policía no sepa con exactitud cuántas personas hay desaparecidas, como se ha reportado en la prensa, frustra a Castelló.
“Lo importante no es que sean 27, sino que una es demasiado. No es arreglar la estadística, el asunto es buscarlas y darles seguimiento porque mientras más años pasen más difícil es encontrar pistas”, señaló la mayor de cinco hijos, quien es natural de Juana Díaz.
Castelló identificó que, en la mayoría de los casos de asesinatos, las mujeres han tomado la decisión de ponerle un punto final a su relación, pero, luego, en esa segunda o tercera oportunidad que dan a su pareja, son asesinadas. Los hombres acaban con las vidas de ellas en su casa.
“Esa parte es bien peligrosa, porque el hombre se acerca todo arrepentido, pide perdón, vuelven. En ese perdón, y una vez abre la puerta de su hogar de nuevo, ahí, desgraciadamente, pasa porque lo tenía planificado. También, en el 2018, hubo muchos asesinatos-suicidios”, observó.
“Lo único que quiero es que se les haga justicia, porque con lo que tengo, estoy”, añadió.