“Marcha tú, mujer boricua, en la fila delantera que defiende tu virtud.
Rompe el lazo miserable que te tiene encadenada a tu prisión
y resurge valerosa a ofrendar tu sangre hermosa
a la causa libertaria que te ofrece dignidad y redención”.
-Poema: Despierta
Hace 110 años, el 17 de febrero de 1914, nació en Carolina nuestra más insigne poeta: Julia Constanza Burgos García.
La historia designó a Julia como una de las pioneras de la poesía feminista en Puerto Rico. Esto queda demostrado en sus pertinentes poemas A Julia de Burgos y Yo misma fui mi ruta.
BoriFrases desea conmemorar el natalicio de esta ícono con fragmentos de su propia obra.
A continuación, te presentamos cinco inolvidables versos feministas de Julia de Burgos.
1. “Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese:
un intento de vida;
un juego al escondite con mi ser.
Pero yo estaba hecha de presentes
y mis pies, planos sobre la tierra promisora,
no resistían caminar hacia atrás
y seguían adelante, adelante”.
–Yo misma fui mi ruta (1938)
Los poemas más feministas y famosos de Julia se encuentran en su primer libro Poema en veinte surcos, publicado a sus 24 años.
Y la primera estrofa del clásico Yo misma fui mi ruta, aquí mencionada, es ejemplo de esa maestría de la introspección identitaria que caracterizó su estilo.
El juego entre la tradición patriarcal de “afuera” y el sentir libertario de “adentro” que sentimos muchas mujeres es más que evidente.
Julia lo eleva al declarar a “los hombres” como la presión externa de la uniformidad del rol impuesto. Mejor aún, el cuerpo expresado en los “pies” que caminan adelante destaca un futuro libre y “promisor” para ella (y nosotras).
2. “Peregrina en mí misma, me anduve un largo instante.
Me prolongué en el rumbo de aquel camino errante
que se abría en mi interior
y me llegué hasta mí, íntima”.
–Íntima (1938)
No tan famoso como otros poemas, Íntima es una excelente autorreflexión sobre la experiencia femenina de descubrimiento desde el interior del cuerpo y el alma.
Igual que en Yo misma fui mi ruta, ese viaje a la esencia tiene como enemigo al “hombre” de “afuera”, que hoy conocemos como patriarcado.
Julia nos presenta su camino interno como un deleite que termina en el logro de la identidad propia.
Otros versos que describen al patriarcado capitalista exponen:
“Los hombres se mueven ajenos a sí mismos para agarrar ese minuto índice que los conduce por varias direcciones estáticas”.
Y el fin de Íntima:
“Y me veo claridad ahuyentando la sombra vaciada en la tierra desde el hombre”.
3. “Tú eres sólo la grave señora señorona; yo no,
yo soy la vida, la fuerza, la mujer.
Tú eres de tu marido, de tu amo; yo no;
yo de nadie, o de todos, porque a todos, a
todos en mi limpio sentir y en mi pensar me doy”.
–A Julia de Burgos (1938)
No hay poema feminista más icónico en nuestra poesía nacional que A Julia de Burgos.
Y no hay verso que lo identifique más que la sencilla declaración “Yo soy la vida, la fuerza, la mujer”.
Una lectura de la estrofa completa puede, erróneamente, dar la impresión de que la poeta está criticando a otra mujer que se adhiere al rol de género que la sociedad le exige.
Pero la brillantez del poema es que Julia se habla a sí misma, a las dos Julia, a la de “afuera” y la de “adentro”, a la “forma” y la “esencia”.
Toda mujer tiene adentro a esas dos Julia; ese conflicto interno que enfrentamos desde que la socialización nos presiona a moldear nuestras acciones para lograr pertenecer a un marido, a un “amo”.
¿Qué más revolucionario que preferir querer ser y darse a nadie y a todos a la misma vez? ¡Qué es mejor darse a “todos” libremente que a uno obligatoriamente!
4. “Tú en ti misma no mandas;
a ti todos te mandan; en ti mandan tu esposo, tus
padres, tus parientes, el cura, la modista,
el teatro, el casino, el auto,
las alhajas, el banquete, el champán, el cielo
y el infierno, y el qué dirán social.
En mí no, que en mí manda mi solo corazón,
mi solo pensamiento; quien manda en mí soy yo”.
–A Julia de Burgos (1938)
En esta estrofa, Julia une al género, la clase social y hasta la religión como un entramado de opresiones hacia el ser.
Pero lo más glorioso es la afirmación de mandar en una misma, uniendo el propio corazón y pensamiento para forjar opiniones propias.
El icónico A Julia de Burgos sigue resonando 86 años después, en momentos en que tanto ha cambiado y tanto se ha quedado igual para las puertorriqueñas.
5. “Tiene que partir de aquí,
en este mismo instante,
mi grito hacia el mundo (…)
Olvidada pero inquebrantable (…)
Y yo soy toda soledad
en un corazón rebelde”.
–Despedida en Welfare Island (1953)
Julia escribió su despedida cuando se encontraba en su lecho de enferma, justo en el corazón de la diáspora de Nueva York.
Luego de haber peregrinado por distintos sitios y amores, la poeta estaba en condición económica precaria.
Este último poema, escrito 15 años después de su primer libro, demuestra su imparable reflexión identitaria.
Julia se sintió sola y rebelde, olvidada e inquebrantable… Pero la historia le reservó la sorpresa de la inmortalidad de sus versos para las siguientes generaciones de mujeres, que encontrarían en ellos un recordatorio de su lucha dentro de sí y hacia el mundo.
A pesar de que la obra de nuestra Julia fue tan corta como para cubrir solo década y media, su legado ha impactado a mujeres puertorriqueñas de todas las edades.
Y ese legado vive en los inmortales versos que descubren el mensaje de la poeta, que un siglo después sigue encontrando resonancia en las experiencias femeninas de nuestro archipiélago.
¡Feliz cumpleaños a nuestra Poeta Nacional: Julia Constanza Burgos García!
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Referencia:
Y fui toda en mí: Antología poética en el centenaorio del natalicio de Julia de Burgos, 2014, Ediciones SM