“Cuando una ve la gallardía de nuestras muchachas en la lucha deportiva
no puede menos que sentirse con deseos de hacer su parte correspondiente. Es un honor”
-Rebekah Colberg Toro
El Mundo, 23 de agosto de 1938
Hay un hecho: todas las medallas olímpicas de oro para Puerto Rico han sido logradas por mujeres. Hoy recordamos con el pecho inflado a Mónica Puig levantando esa bandera azul claro en Río de Janeiro 2016. También a Jasmine Camacho-Quinn aceptando el oro y el bronce con su flor de maga.
Para apreciarlo mejor, debemos recordar el camino que forjaron las mismas mujeres para estar en la arena deportiva representando a nuestra cautiva nación. Sin ellas no estarían Mónica y Jasmine, o sea, ¡no tendríamos oro!
Las que abrieron el camino: Rebekah, Iris y Gloria
“Entrenador: Usted maneja muy bien el ‘top-spin’ americano.
Rebekah: No señor, yo manejo bien el ‘top-spin’ puertorriqueño”
-Rebekah Colberg Cabrera
El Mundo, 7 de febrero de 1938
Era el año olímpico de 1938 y el derecho al voto de todas las mujeres puertorriqueñas se había logrado hace solo tres años.
Sin embargo, en el área “masculina” del deporte partió a Panamá una delegación de la colonia boricua bajo una bandera blanca “neutral”. Y todos sus atletas fueron varones.
Pero dos mujeres actuaron con premura para poder participar en estos IV Juegos Centroamericanos y del Caribe, cambiando así la historia deportiva puertorriqueña.
Las universitarias Rebekah Colberg Cabrera e Iris Zengotita fueron a cabildear al gobierno y entidades civiles por fondos para unirse a los demás. El senador Celestino Iriarte logró transferir fondos de la legislatura a la oficina de Fortaleza. El grupo de mujeres logró el endoso del gobernador Rafal Menéndez Ramos para cubrir el viaje de nueve mujeres atletas.
Como si no fuera suficiente historia, Rebekah regresó con dos medallas de oro (tiro de disco y de jabalina) e Iris con una medalla de plata junto al equipo de voleibol femenino. Ese oro de Rebekah fue la primera medalla internacional femenina para Puerto Rico.
A pesar de sus logros, Rebekah continuó enfrentándose al machismo institucional. Ese mismo año no le otorgaron una beca para sus estudios posgrados porque “es soltera” (Carta 25 de marzo de 1938, G. Sellés al Dr. Juan B. Soto). De nuevo, su insistencia fue tal que realizó una maestría en Columbia University (1940) y un doctorado en Medicina Deportiva en México (1953).
Su legado incluyó el derecho de las mujeres atletas y trabajadoras, solicitando una equiparación en sueldo por estudios y experiencia a su universidad. También publicó la traducción principal de las reglas del baloncesto para Latinoamérica.
El Polideportivo de San Juan y el Coliseo de su natal Cabo Rojo llevan su nombre.
El fruto de la semilla sembrada por mujeres como Rebekah alcanzó un nivel más alto cuando en 1960, la esgrimista Gloria Colón Muñoz se convirtió en la primera mujer en representar a Puerto Rico en los Juegos Olímpicos de Roma.
Mónica
“Me siento como una superhéroe cada vez que me visto en ese rojo, blanco y azul”
– Monica Puig Marchán
Archivo Olimpiadas, julio de 2024
Las mujeres atletas de Puerto Rico muestran con sus vidas la condición colonial del país.
La primera medalla para una persona boricua fue para Beatriz “Gigi” Fernández. La tenista jugó para Puerto Rico en las Olimpiadas de 1984, pero decidió jugar para Estados Unidos en 1992 y 1996, donde ganó oro en ambas ocasiones.
Un tanto a la inversa, la también tenista Mónica Puig Marchán logró la primera medalla olímpica de oro para Puerto Rico en 2016.
Aunque Mónica nació en San Juan, se crió desde niña con su familia en la diáspora. Ella ha reconocido que fue invitada para jugar por Estados Unidos, pero dejó claro que ella representaría a su patria, teniendo claro cuál era. De hecho, confesó que tuvo que practicar el himno porque no se lo conocía en su totalidad.
A la edad de seis años, su madre la colocó en clases de tenis. Mónica comenzó a jugar profesionalmente con solo 16 años. Siguiendo a quienes le abrieron el camino, ganó medallas en los Juegos Centroamericanos y Panamericanos, primer torneo donde nuestra delegación tuvo mujeres.
Jasmine
“Soy negra y puertorriqueña (…) No tengo la culpa de que mi primer idioma sea el inglés,
pero mi mamá y mi familia se aseguraron de inculcarme la cultura puertorriqueña.
Me di cuenta de que hay muchos igual que yo, de mi color. Podía ser la cara de esa representación”
-Jasmine Camacho-Quinn
Cumbre Internacional Afrodescendencia (2022)
La segunda presea dorada llegó en la próxima Olimpiada. Jasmine Camacho-Quinn, atleta afroboricua y de madre puertorriqueña, ganó oro en atletismo.
Jasmine es un reflejo de una nación diaspórica: nació en Carolina del Sur de una mujer de Trujillo Alto.
Para honrar la experiencia de su madre, a pesar de la invitación de Estados Unidos, optó por representar a Puerto Rico en competencias internacionales.
Jasmine representó a Puerto Rico desde su debut olímpico en 2016, donde sufrió una caída que retrasó su sueño.
Además de conseguir la medalla en 2020, tiene el legado de ser la primera mujer puertorriqueña en ganar una medalla en el Mundial de Atletismo.
Su racha histórica continuó en París 2024, donde se convirtió en la primera persona puertorriqueña en subir al podio dos veces seguidas al ganar la medalla de bronce.
Como demostramos, el camino del deporte femenino refleja nuestras luchas y realidades.
Hoy se hace urgente el apoyo financiero a áreas del deporte todavía consideradas “masculinas”. Un ejemplo es el baloncesto, donde el equipo femenino está entre los mejores del mundo, pero son escasos sus recursos. También en un panorama mundial que alega apoyo al “deporte femenino” solo para justificar su transfobia, como en el reciente caso de la campeona olímpica en boxeo, la argelina Imane Khelif.
Tal vez recuperar algunas de nuestras heroínas históricas aporta al desarrollo del propósito social y nacional de las futuras niñas que representarán nuestros colores.
¡Corramos como nena!
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Referencias:
Archivo Universitario de Educación Física, Universidad de Puerto Rico Rio Piedras
Archivo Digital del Periodico El Mundo
Archivo Olimpiadas, Comité Olímpico Internacional
