(Foto de Ana María Abruña Reyes del performance “Un violador en tu camino” realizado frente al Capitolio en diciembre de 2019)
Advertencia: Esta nota incluye descripción de una agresión sexual.
Tras más de 10 días de ineficiencia estatal para identificar a cinco hombres que violaron a una mujer en Añasco, expertas señalaron ayer, martes, los fallos en las investigaciones policiales de este tipo y presentaron procedimientos alternativos en los que se priorice a las personas sobrevivientes.
El sábado, 8 de agosto, una mujer denunció que, a las 10:00 p.m., cinco hombres la violaron en el parque de béisbol del barrio Espino del municipio. La víctima indicó, en su querella, que estaba atada de pies y manos mientras era agredida sexualmente.
Una semana después de que se reportara el crimen, la teniente Melizet Acarón Rodríguez de la División de Delitos Sexuales de Mayagüez sostuvo que la Policía esperaba por los resultados del SAFE kit (evidencia forense de agresión sexual, por sus siglas en inglés) y la prueba que se pudiese obtener del teléfono de la víctima. Sin embargo, días antes, resaltaba, en medios de comunicación, que la víctima se había negado a declarar.
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Las dificultades de contar el trauma
“En un taller con la doctora Linda Lara, ella nos decía: ‘Yo quiero que vea a la persona que usted tiene al lado, y le diga su experiencia sexual más satisfactoria’. Tú veías la gente que se ponía roja y todo el mundo se echaba a reír: había mucho nerviosismo en el ambiente”, narró la directora ejecutiva de la Casa Protegida Julia de Burgos (CPJB), Coraly León Morales.
“Ella decía: ‘Ahora, piensen lo que viven las sobrevivientes de violencia sexual cuando tienen que contar la experiencia más atroz, horrible y espeluznante que les ha pasado en su vida, y tienen que hacerlo una y otra vez’”, agregó León Morales, quien cuenta con una maestría en Trabajo Social, en el programa titulado La manada de Añasco: Policía y violencia sexual a paso pesado.
En este espacio, llamado Kilómetro Cero Live Café, la directora ejecutiva de Kilómetro 0, María Mari Narváez, y Luis Calderón moderan conversaciones sobre la violencia del Estado a través del Negociado de la Policía de Puerto Rico y la respuesta gubernamental a asuntos sobre violencia de género.
Según León Morales, a pesar de reconocer la relevancia de los testimonios de las personas sobrevivientes durante los procesos policiales y judiciales, en estos procesos, las víctimas son cuestionadas y criminalizadas, debido a la carencia de sensibilidad.
“En muchas ocasiones, (las personas sobrevivientes de agresión sexual) no están dispuestas a declarar porque, a veces, el proceso es más victimizante, todo el mundo se entera de que fueron violadas y tienen temores”, coincidió la exfiscal María Consuelo Sáez Burgos.
La letrada, quien dirigió la División Especializada de Delitos Sexuales, Maltrato de Menores y Violencia Doméstica, destacó que, mientras más se profundiza en las etapas del proceso criminal, se precisan más pruebas y que, aunque el testimonio de las personas sobrevivientes no es obligatorio, el sistema falla en que no se puedan obtener mediante declaraciones juradas.
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Los derechos de los acusados vs los derechos de las víctimas
Por otro lado, la directora de Casa Julia recalcó que, muchas veces, se exige que sean las personas sobrevivientes quienes se ajusten a los procesos policiales y legales. En su experiencia como acompañante de víctimas, apuntó que, si se trataba de una persona menor de edad, se postergaban los servicios terapéuticos para que no se trastocara la información.
“Eso pudo significar que había niños, niñas, jóvenes con una necesidad inmensa de algún tipo de servicio terapéutico que, en ese momento, no se les estaba ofreciendo porque en términos de prioridades se estaba poniendo por encima el no amañar, de ninguna manera, el proceso legal sin tomar en consideración el impacto a nivel emocional”, señaló León Morales.
“Los derechos de los acusados son constitucionales. Las víctimas no tienen derechos constitucionales, sino que son legales o porque la jurisprudencia se los concede. Por una de las medidas que más debemos pelear es por que se eleven a rango constitucional los derechos de las víctimas, que estén al mismo nivel que los acusados, porque las víctimas tienen el mismo derecho y son, precisamente, las víctimas”, sentenció Sáez Burgos.
Procedimientos dirigidos a las personas sobrevivientes
Para León Morales, la Unidad de Crímenes Cibernéticos tardó en utilizar el celular de la víctima para identificar a los cinco agresores.
“Hay que ser un poquito más creativos en estos procesos. A lo mejor, la sobreviviente, en ese momento, no quiere hablar. Hay que entender que ella acaba de pasar por un proceso horrible; estamos hablando de una agresión sexual brutal. Ella necesita un espacio, pero hay una información que en el interín se puede rescatar y se puede usar para la investigación”, destacó la directora ejecutiva de la CPJB.
Asimismo, León Morales subrayó que, para crear espacios en los que las víctimas se puedas sentir apoyadas, primero hay que cuestionar qué es lo que está provocando que las personas sobrevivientes de agresión sexual se sientan desprotegidas al denunciar.
Añadió la relevancia de organizaciones que acompañan a las personas agredidas, como el Centro Salud Justicia, que provee SAFE kits, apoyo de trabajadoras sociales, servicios terapéuticos y programas que simulan las salas de los tribunales para que las víctimas puedan prepararse antes de comenzar el proceso judicial.
Siempre Vivas RUM, por su parte, es una entidad ubicada en Mayagüez que les ofrece orientación a las personas sobrevivientes, pero, principalmente, acompañamiento durante todo el curso investigativo.
“Esta persona que, probablemente, estaba en un estado de shock tenía a esta otra persona que podía acompañarle, explicarle los procesos y servir como una barrera ante la revictimización…El contar con esa persona de apoyo podía facilitar que se pudieran identificar y atender las necesidades (de la víctima)”, explicó León Morales sobre su experiencia con la organización del oeste.
“Uno de los grandes logros que tuvimos fue que se crearan las unidades especializadas, pero eso no quiere decir que sean infalibles. Sin embargo, hay que darles seguimiento y se tiene que sofisticar ante las situaciones que ocurren cada día”, apuntó, por su parte, Sáez Burgos.
Recursos de apoyo y prevención
Ante la ineficiencia por parte de la Policía para manejar este tipo de casos, León Morales puntualizó que, en el archipiélago, existen recursos como Coordinadora de Paz para las Mujeres que brindan talleres gratuitos sobre cómo apoyar a las personas sobrevivientes de agresiones sexuales, y se podrían extender a los integrantes del Departamento de Seguridad Pública.
“Sin que les cueste un centavo”, de acuerdo con León Morales, las y los agentes podrían entender las respuestas neurológicas a un trauma, el comportamiento de las víctimas y podrían incluir elementos de sensibilidad en sus procedimientos.
“Tenemos que educarnos, entender lo complejo que es vivir una experiencia de este tipo y lo que requiere, para muchas sobrevivientes, dar ese paso de denunciar ese monstruo que se enfrentan”, subrayó la directora ejecutiva de Casa Julia.