Ilustración por Rosa Colón
Luego de la revocación de Roe v. Wade por parte del Tribunal Supremo de Estados Unidos y las expresiones de uno de sus jueces, el conservador Clarence Thomas, de que la anulación de este precedente tiene el deber de “corregir el error” y revisar otras sentencias como el derecho a los anticonceptivos y el derecho constitucional al matrimonio igualitario, queda una interrogante en el tintero: ¿qué sucedería si también se deroga Grisworld v. Connecticut?
En el caso de Grisworld v. Connecticut, la Corte Suprema de los Estados Unidos, en 1965, revocó una ley de Connecticut que prohibía el uso de métodos anticonceptivos en el matrimonio. Este fallo histórico de la corte brindó la primera garantía constitucional de protección del derecho de anticonceptivos, de acuerdo con un informe de Planned Parenthood titulado Griswold contra Connecticut – El impacto de la legalización de anticonceptivos y los desafíos que se deben enfrentar
“Fíjate que en Dobbs lo que hizo el tribunal fue, realmente, decir no hay un derecho constitucional al aborto. Así que, como no hay un derecho constitucional al aborto, pues le toca a cada estado regular el aborto. Es decir, desde prohibirlo hasta permitirlo completamente. Si llegase un caso al Tribunal Supremo y se deroga ahora, Grisworld vs. Connecticut, sucedería lo mismo: se derogaría ese derecho a nivel federal y nuevamente se le daría a los estados la capacidad de regular el uso de los anticonceptivos”, explicó la abogada Mariana Iriarte.
Cuando la corte reconoció el derecho de cada individuo a decidir por sí mismo si desea tener un hijo, cuántos hijos quiere tener y cuándo hacerlo, esto le permitió a muchas mujeres y personas gestantes tener control de su fertilidad. Por consiguiente, las mujeres pudieron materializar sus aspiraciones educativas, sociales, políticas y profesionales, expone el informe de Planned Parenthood.
“En aquel momento, es importante ver las cosas en su contexto histórico siempre, la disponibilidad de la anticoncepción, para las mujeres representó algo sumamente liberador. Esto significó poder tener mayor autonomía, mayor libertad, pero la mayor libertad en relación al placer y también en términos de la vida laboral y la vida profesional de las personas, de la mujer y la persona gestante”, expresó la sexóloga Karla Ferrer Arévalo.
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Los anticonceptivos: un derecho humano
Según el Centro de Derechos Reproductivos, la planificación familiar es un derecho humano y se encuentra reconocido explícitamente en el derecho internacional. Además, se sustenta en las garantías internacionales a la vida, a la salud, a la intimidad y a la no discriminación.
“Este derecho faculta a mujeres y hombres a acceder a toda la gama de métodos anticonceptivos, así como a información sobre salud sexual y reproductiva. Las obligaciones de los estados en este ámbito incluyen asegurar el acceso a la anticoncepción, protegiendo el derecho a tomar decisiones informadas al igual que la confidencialidad para los y las adolescentes que buscan estos servicios”, expone la herramienta del Centro de Derechos Reproductivos para monitorear las obligaciones de los estados con los derechos reproductivos.
La respuesta del Estado para proteger este derecho
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, firmó una orden ejecutiva para proteger el acceso al aborto y el acceso a anticonceptivos después de que la Corte Suprema retirara la protección constitucional al aborto.
No obstante, el periódico estadounidense The New York Times reseñó que los detalles sobre lo que hará la nueva orden siguen sin estar claros. La pieza es vaga sobre cómo el presidente espera lograr esos objetivos, dejando los detalles en gran medida a Xavier Becerra, el secretario de Salud y Servicios Humanos, quien dijo que la administración “no tiene una fórmula mágica” que pueda restaurar el acceso al aborto.
La administración de Biden anunció que está recordándole a miles de farmacias en todo el país que corren el riesgo de violar las leyes de derechos civiles si se niegan pedidos de anticonceptivos o medicamentos para abortar o discriminan en función del estado de embarazo de una persona.
Con la amenaza al acceso a los anticonceptivos: ¿Cuál es la idea que se tiene de la sexualidad humana?
Con la posibilidad de que se revisen sentencias como Grisworld v. Connecticut, hay un mensaje que se les envía a las mujeres y personas gestantes, y además hay una visión de la sexualidad humana vinculada directamente a la reproducción.
“El mensaje que estamos recibiendo es, justamente, que ustedes no se pertenecen y son incapaces de tomar decisiones sobre ustedes mismas. Hay una minimización en términos de la autonomía, de las capacidades que podamos tener. Y esto no es algo nuevo. Es algo que está desvinculado de otros momentos históricos cuando se ha insistido y se ha pensado lo mismo”, expone la sexóloga Ferrer Arévalo.
La educadora en sexualidad integral mencionó que es importante que las personas entiendan cuál es y de dónde viene nuestro sistema de valores sexuales, que es una herencia colonial, patriarcal y judeocristiana. Así que se está ejerciendo el pensamiento teocrático cuando se toman decisiones sobre la salud sexual y reproductiva, inclusive cuando se supone que hay una separación de iglesia y Estado.
“La reproducción es algo importante, es parte de nuestra sexualidad, y es un mecanismo para la supervivencia. Pero nuestras vidas se rigen por el principio del placer. El sexo, su propósito exclusivo no es la reproducción. Eso es lo que nos han querido hacer pensar, que el sexo es para reproducirse. Pero eso no es así. La intimidad, en la sexualidad, en la pareja tiene otras funciones: tiene funciones sociales, culturales y tiene funciones ligadas al placer por sobre todas las cosas”, recalcó Ferrer Arévalo.
Del mismo modo, expresó que, si una pareja desea reproducirse, debe ser por acuerdo mutuo y no porque no tuvieron acceso a anticonceptivos o por un accidente.
“Es una decisión que debe ser consciente, que debe ser informada porque es una decisión importante. La crianza de los seres humanos es una de las crianzas más extensas o la más extensa que existe dentro del reino animal, y es una responsabilidad bien grande. La carga sobre todos estos procedimientos es siempre sobre los cuerpos de las mujeres y personas gestantes”, señaló Ferrer Arévalo.
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La responsabilidad de la anticoncepción: encima de los hombros de las mujeres
La Organización Mundial de la Salud (OMS, por sus siglas en inglés) identifica que actualmente existen 20 métodos anticonceptivos y solamente dos pueden ser utilizados por los varones o personas fecundantes.
“Nada de esto es casualidad. Desde hace muchísimos años, se está explorando con métodos hormonales para varones. ¿Se ha probado que son efectivos? Sí, y tienen unos efectos secundarios, pero son mínimos en relación a los efectos secundarios que tienen los anticonceptivos hormonales que están hechos para las personas gestantes. Pero vemos cómo en esa jerarquía del control y de los poderes, los efectos secundarios de ellos sí importan”, expresó Ferrer Arévalo.
Por esta razón, la sexóloga insistió en que se deben exigir otros métodos anticonceptivos para los varones para que la responsabilidad sea compartida y que no caiga sobre una sola persona para el beneficio de la otra.
Asimismo, la educadora mencionó que a las personas les corresponde ejercer sus derechos y aprender a diferenciar entre lo que son leyes y derechos. “También, las leyes pueden salvaguardar esos derechos, pero los derechos no dependen de las leyes. Son derechos y le pertenecen a todas las personas”.