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La exvicepresidenta de Costa Rica y presidenta del Foro permanente de personas afrodescendientes en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Epsy Campbell Barr, narró, el martes, a una audiencia puertorriqueña, cómo busca inspiración en la ancestralidad africana de esclavos libertos y cimarrones para resistir la violencia política racista que se ejerce, particularmente, sobre las mujeres negras que asumen posiciones públicas.
“La violencia política racista contra nosotras, las que decidimos dar el paso adelante, ah, no tienen compasión… Quieren acabar con nosotras”, se sinceró quien tuvo que renunciar al puesto de Ministra de Relaciones Exteriores y Culto de Costa Rica, en diciembre de 2018. Ocupó la cancillería —considerada uno de los puestos más importantes del gabinete presidencial costarricense— durante tan solo siete meses, la única mujer y persona visiblemente negra a cargo de esa encomienda.
“Alguna vez voy a tener tiempo de escribir un poco de la experiencia que implica el día en que una dice que sí… [y] no a una invitación de matrimonio”, bromeó también durante un foro en el Capitolio de Puerto Rico, en el que participó por invitación de la senadora Ana Irma Rivera Lassén, del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC).
Campbell Barr contó que una diputada de oposición dijo públicamente que la querían linchar. “Lo dijo en un sitio público, sin pedir permiso ni pedir perdón”, rememoró. Entonces, puntualizó: “Es muy fuerte, es muy fuerte, pero ¿qué hacemos? ¿Qué nos toca hacer? Nos toca levantarnos otra vez, caminar como lo hicieron nuestras ancestras y nuestros ancestros. Digamos que ellos se hubieran rendido: ¿Dónde estaríamos nosotros? Entonces, no nos rendimos y nos levantamos de nuevo y con más fuerza, porque tenemos que aplanar [el camino]”, esbozó ante una audiencia repleta de estudiantes, académicos y líderes comunitarios quienes, desde sus respectivos espacios, hacen activismo antirracista en Puerto Rico.
Parafraseando a su compatriota, la escritora y activista fenecida Eulalia Bernard, también dijo que la generación anterior les dejó “la montaña más bajita”. Entonces, recordó la convocatoria a la acción: “Ustedes tienen que entregarle a la generación que sigue [una montaña aún] más baja, hasta que encontremos un plano para todas las personas, y todas las personas tengamos dignidad”.
La ONU creó, el 2 de agosto de 2021, el Foro permanente de afrodescendientes mediante la resolución 75/314. El gobierno de Costa Rica tuvo una participación muy activa en su articulación.
Campbell Barr describió la labor que hace en el foro permanente de la ONU como la de alcanzar “un entendimiento social que nos garantice a todas las personas desde todas sus identidades avanzar para tener una vida digna”. Entonces, añadió: “Lo que procuramos como pueblos afrodescendientes es que no haya más esa pirámide colonial que nos coloca en la base”.
Agregó que, en esa gesta global, la labor de las mujeres antirracistas o afrofeministas es fundamental desde todos los lugares. Se refirió a esas mujeres como “una gran tribu, que no nos vamos a cansar de reclamar esa dignidad arrebatada”.
La situación en Puerto Rico no es ajena a la que describió Campbell Barr. La excandidata por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Edda López Serrano, contestó que “el estilo en que se hace política en Puerto Rico es muy violento”. “Tenemos que transformar la política”, agregó.
Erradicando el patriarcado y racismo en el propio patio
En Puerto Rico, la erradicación del racismo y patriarcado no se trata de una utopía, pues hay grupos de mujeres que trabajan desde espacios diversos en torno a eso. El panel compuesto por López Serrano, Rivera Lassén, la gestora María Elsa Torres Muñoz y la escritora Mayra Santos Febres es solo una muestra pequeña de ese activismo antirracista. Por ejemplo, Torres Muñoz, codirectora de Tiznando el país y directora del Instituto Interdisciplinario y Multicultural, contó acerca de los esfuerzos para que el Departamento de Educación implemente un currículo sobre la afrodescendencia. Mientras, Santos Febres describió un nuevo programa académico en la Universidad de Puerto Rico (UPR) que cuenta con 22 cursos y la propuesta para abrir un archivo de autores afrocaribeños.
A nivel político, el Proyecto 85, una organización que promueve la representatividad política de las mujeres, ha enfrentado cambios estructurales y en sus lineamientos para no solo lograr mayor participación, sino “erradicar el patriarcado, racismo y clasismo del proceso electoral” mediante la inserción de personas diversas y que cuentan con políticas inclusivas, según López Serrano, quien se integró como tesorera de la nueva junta directiva.
“Aspirar a una meta numérica no es suficiente porque no todas las mujeres nos representan”, aceptó.
“El modelo que tenemos no funciona. Es patriarcal, clasista, y racista… Yo no oigo, nunca, que preguntemos quiénes faltan en esta mesa”, remató la activista.
La senadora Rivera Lassén coincidió que “no basta solamente con que impulsemos mujeres —eso hay que hacerlo—pero hay que exigirle, tanto a los hombres como a las mujeres, conciencia de género, conciencia en contra del racismo, conciencia en contra de todas las fobias hacia la comunidad LGBTTIQ, conciencia de combatir la xenofobia, conciencia y compromiso con los derechos humanos en general”.
Por otro lado, Torres Muñoz invitó a internacionalizar la lucha. “A veces, nos quedamos en el barrio, la casa, el país, cuando es un problema mundial”, puntualizó.