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La lucha por los territorios indígenas encabeza el Encuentro Plurinacional en Argentina

Fotos de Cindy Burgos Alvarado 

SAN CARLOS DE BARILOCHE – Ante los primeros destellos del amanecer, el sábado, 14 de octubre, el lago Nahuel Huapi escucha latir un corazón que bombea sangre verde. Son los cultrunes y cascahuillas —tambores y cascabeles— de un grupo de mujeres mapuches que encabezan un llellipu, un rito ceremonial para la apertura del 36º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries en la ciudad de Furilofche/Bariloche, a 1,400 kilómetros al sur de Buenos Aires. Fueron tres días en que la “Marea Verde” se hizo sentir, rechazó el avance de la derecha y unificó sus múltiples luchas en pro de las mujeres y disidencias. 

Llevan vestimenta tradicional mapuche, con pañuelos coloridos cubriendo su pelo, mantas y joyas diversas que adornan su cabeza y su pecho. Las acompañan cientos de mujeres y disidencias de toda Argentina, que también cubren su cabeza con pañuelos o gorros tejidos —hacen 35 °F en esta parte de la Patagonia— y se acomodan frente a la playa de piedras y aguas cristalinas. Muchas toman mate. Llevan semillas, flores y yuyos (hierbas silvestres) como ofrenda a la Ñuke Mapu (la Madre Tierra). Cantan en mapuche y danzan ante el lago y las montañas nevadas, que a esa hora el sol las pinta de tonalidades rosa y naranja. 

“Los mapuches creen que todo tiene vida. Por eso hay que dar a la Madre Tierra para agradecer”, explica una mujer que está a mi lado. Hacemos silencio, escuchamos los cantos, lanzamos las ofrendas, gritamos y alzamos las manos en señal de agradecimiento. 

Argentina: entre luchas territoriales, devaluación y campaña electoral 

Es la primera vez que el evento inicia con una ceremonia indígena. Las organizadoras buscan visibilizar las luchas por los territorios de las comunidades originarias, tan perseguidas en Argentina. De hecho, se eligió a Bariloche como sede del encuentro luego de que, en octubre de 2022, siete mujeres mapuches fueran detenidas tras el desalojo de la comunidad Lafken Winkul Mapu. Una de ellas, Jéssica Bonnefoi Carriqueo Antimil, continúa en prisión domiciliaria y fue catalogada como presa política mapuche. 

También, es la primera vez que le llaman Encuentro Plurinacional con el propósito de unificar las diversas luchas feministas del país. Tras la aprobación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en 2020, los grupos feministas argentinos tuvieron desencuentros. El año pasado, se hicieron dos encuentros feministas distintos por los desacuerdos. 

Pero este año, y a días de las elecciones presidenciales del 22 de octubre, las une una fuerza mayor: la posibilidad de que el candidato de ultraderecha Javier Milei y su partido La Libertad Avanza ganen la elección. El contexto económico tampoco es favorecedor: Argentina se acerca a un 140% de inflación en lo que va de año, una moneda debilitada —con múltiples tasas de cambio y caídas constantes frente al dólar— y un nivel de pobreza sobre el 40%

“Estamos en una situación defensiva porque nuestros territorios están en peligro”, dice Verónica Azpiroz Cleñan, politóloga y mapuche, al concluir la ceremonia de apertura en la plaza del Centro Cívico de Bariloche, rodeada de edificios de arquitectura alpina de piedra y madera y repleta de feriantes que venden todo tipo de vestimentas, juguetes, pines y más. “No hay ningún legislador o legisladora, o gente que trabaje en la toma de decisiones en el estado argentino que pertenezca (a la comunidad mapuche) y tampoco mujeres… El feminismo abrió la puerta a ese debate”, agrega la líder mapuche parada frente a la estatua del General Roca, que está cubierta con un gran círculo de tela similar al que se encuentra en la bandera mapuche y debajo, con spray blanco, está escrita la palabra “Memoria”. La eliminación de las estatuas que pertenecen a los que ejercieron el genocidio indígena es uno de los reclamos de los pueblos originarios argentinos. 

Los múltiples reclamos de los feminismos en Argentina

La apertura oficial del Encuentro Plurinacional inicia pasadas las 10:00 de la mañana en el Velódromo de Bariloche, ante miles de mujeres y disidencias que gritan: “¡Qué momento, qué momento! A pesar de todo, les hicimos el encuentro”. Llegan de todas partes del país, de diversos contextos y edades, en avión, en buses, en autos compartidos, con organizaciones, con amigas, con amigues, con familiares. Así como comparten el mate, comparten gastos y alojamiento —algunos gratuitos provistos por el Encuentro—, se hacen camisetas para el evento y tienen una meta en común: seguir aprendiendo y organizándose para las luchas que les esperan. Reconocen que no todas ni todes pudieron llegar por la situación económica del país. 

Mientras las organizadoras del evento dan la bienvenida desde la tarima diciendo “nos hemos fortalecido”, las mujeres y disidencias ondean banderas de cientos de organizaciones feministas, sindicales y sociales. También, se observan diversos pañuelos verdes (por la campaña del aborto), rosas (por la campaña de emergencia por violencia de género), anaranjados (por la separación de Iglesia y Estado), de líneas multicolores (por la comunidad LGBTIQ+) y de cuadros multicolores (símbolo Wiphala de varias comunidades originarias de Suramérica). 

Desde la tarima, las personas expresan su indignación por la “persecución y criminalización” de las comunidades indígenas, por el despojo de sus territorios y por el uso y explotación de los recursos naturales, que van desde la explotación de hidrocarburos hasta la extracción de litio y otros minerales. “Bariloche: donde unos pocos manejan el territorio, el negocio y los dólares, nos dividen por clases sociales… Bienvenidos a la provincia del paraíso fiscal y del paraíso terrenal”, dicen desde la tarima. Es una provincia con hoteles de lujo para el turismo al que pocos pueden acceder. 

También, aseguran que enfrentarán a las derechas y defenderán los derechos adquiridos: la ley del aborto, la Ley de Educación Sexual Integral en las escuelas, la ley de cupo laboral travesti trans, la Ley de Identidad de Género, la Ley Micaela (de capacitación obligatoria en género para quienes trabajen en el gobierno), la ley de parto humanizado, entre otras. Seguirán la lucha por “Ni una menos”, más respuestas para la violencia de género en todos los ámbitos, la erradicación de feminicidios, travesticidios y transfeminicidios, la separación de Iglesia y Estado, mejores condiciones laborales y mejores alternativas educativas para la niñez. 

Desde la comunidad travesti trans, exigen reparación histórica por parte del Estado para las personas mayores de 40 años perseguidas durante la dictadura y los gobiernos democráticos. También, piden memoria —para que no haya personas mayores trans padeciendo— y acceso a tratamientos antirretrovirales. 

Para las personas discapacitadas, piden mayor accesibilidad para poder participar y tener acceso a sus derechos, el cumplimiento de las leyes de salud mental y adicciones, el cierre de manicomios y la creación de dispositivos comunitarios para la inclusión social. 

Resaltan la lucha de las Abuelas de la Plaza de Mayo, “luchadoras incansables” que ahora enfrentan el negacionismo de candidatos como Milei. Repudian el intento de femimagnicidio de la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, que representa una de tantas violencias a las que se enfrentan las mujeres en la política.  

Terminan la apertura del evento apoyando la lucha en la provincia de Jujuy, al norte de Argentina, donde las comunidades indígenas, sindicatos y organizaciones sociales llevan cuatro meses protestando contra la nueva Constitución provincial, con múltiples arrestos y detenidos por la represión policial. Se trata de un documento aprobado sin consultar a la ciudadanía, que criminaliza la protesta e ignora a los pueblos indígenas sobre el uso de las tierras, en la zona del país de mayor explotación minera y del litio. 

Cientos de talleres feministas: el corazón del Encuentro 

En los tres días que dura el Encuentro Plurinacional, se desarrollan múltiples presentaciones artísticas, de libros y charlas de diversos temas, desde sexualidad hasta economía. El sábado en la tarde, hay un pañuelazo en pro del aborto seguro y gratuito, seguido de una marcha plurinacional en contra de los travesticidios y transfemicidios. 

El domingo en la tarde, la protagonista es la marcha del Encuentro Plurinacional, en la que participan todas las organizaciones presentes, encabezadas por las comunidades mapuches. En un clima de lucha y fiesta, dan la vuelta por todo Bariloche y terminan en el velódromo, cantando consignas como: “Las tierras robadas serán recuperadas”, “Ni una menos, ni una más, gritemos todas emergencia nacional”, “Somos las nietas de todas las brujas que nunca pudieron quemar”, “Milei, basura, vos sos la dictadura” y “Poder popular: Ahora que estamos juntas, ahora que sí nos ven, abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer, arriba el feminismo que va a vencer, que va a vencer”. 

Sin embargo, el corazón del Encuentro Plurinacional son los 112 talleres que se realizan en distintas escuelas y puntos de la ciudad sobre temas como los movimientos feministas y transfeministas, identidades sexogenéricas, territorios, activismos y organización, relaciones sexo-afectivas, familias diversas y crianza, luchas en el ámbito de la salud, el trabajo y la desocupación, las violencias por motivos de género en todos los ámbitos, la trata de personas, los derechos humanos, el acceso a la justicia, las religiosidades y más. La idea de los talleres es hacer un debate participativo entre quienes asistan para desarrollar conclusiones sobre política pública y activismos, que se leerán en el cierre del encuentro.  

Asisto al Taller 93: Estrategias de visibilización de las violencias, que por la cantidad de personas fue dividido en varios grupos. El grupo se organiza, busca a alguien que tome notas, alguien que asigne turnos, alguien que lleve el tiempo de las participaciones. En menos de tres horas, distintas compañeras cuentan instancias en las que sufrieron violencias. Una habla de su experiencia de violencia de género con el papá de su hijo y los múltiples problemas para que el estado la protegiera y mantuviera alejado al abusador. Otra cuenta cómo huyó de su país tras ser víctima de violencia sexual y usó el escrache como última instancia de denuncia. Otra habla de las violencias que se sufren también en las organizaciones sindicales. Otra cuenta un caso de un maestro abusador en una escuela en la que trabajaba y la falta de acción de la dirección. Otra pone un audio de una madre que está en prisión domiciliaria por denunciar al padre y al abuelo de su hija por agresión sexual. Otra habla de las dificultades de acudir a la justicia para denunciar un caso de violencia de género, en cualquiera de sus instancias. Algunas aplauden para apoyar a las que cuentan sus historias. “No es tu culpa. Nunca te sientas culpable por señalar a un victimario”, dice una de las presentes. Pareciera que todas hemos sido víctimas de algún tipo de violencia en algún momento de nuestras vidas. Pareciera que, a pesar de todas las luchas dadas, queda demasiado por hacer. Pareciera que las leyes no son suficientes, hace falta educación, capacitación y más presión. Nos acompañamos. Nos escuchamos. Nos organizamos. 

El cierre de un encuentro exitoso, con 70,000 asistentes 

Tras elegir a Jujuy como el lugar para el 37º Encuentro Plurinacional, en apoyo a las protestas que llevan a cabo, leen las conclusiones de los distintos talleres. Todas estarán disponibles en la página del encuentro, pues servirán para seguir dirigiendo las luchas. 

Belén Villegas, de la Comisión Organizadora del 36º Encuentro Plurinacional, cuenta que “fue un evento exitoso” y que estiman que participaron “alrededor de 70,000 personas, que estimamos en función de los tres días del encuentro y, particularmente, en función de la marcha”. 

Es la primera vez que Belén participa de la organización, pero lleva asistiendo a los encuentros desde 2011, cuando también se realizó en Bariloche. “Algo cambia en cada mujer que participa en un encuentro… Impacta muy, muy hondo en esto de no sentirte nunca más sola, en pensar que hay muchísimas realidades y que todas tenemos algo en común y es que queremos cambiarlo todo y pelear por nuestros derechos, por la unidad. A mí, el feminismo me salvó la vida”, cuenta. 

Casandra Sandoval, periodista feminista y activista travesti, lee algunas de las conclusiones del Taller 26: Activismos trans. Dice que es necesario que se haga valer la Ley de Cupo Travesti Trans, que muchas provincias siguen sin implementar, que haya una “reparación histórica, económica, simbólica y cultural” y que se aumente la participación de personas travesti trans en los medios de comunicación de todo tipo. 

“Ya acá hay una Ley de Equidad en los Medios donde se ha pensado una especie de cupo en donde lograr un mínimo para que podamos nosotres mismes producir nuestros propios mensajes”, me cuenta Casandra tras bajar de la tarima. Quiere que sean más las personas travesti trans que estén en los medios de comunicación para tocar los temas que les interesan y desde su propia perspectiva. Viene participando de los encuentros desde 2014, cuando se realizó en Salta, una provincia al norte de Argentina de la que ella es oriunda. “Estaba viva nuestra compañera Lohana Berkins… Ella estaba coordinando el taller del que hoy he sido parte. Y no me he desprendido nunca. De hecho, ahí conocí a mi marido. Imagínate, es imposible olvidarse de eso”, dice entre risas. 

Daniela Casi, de La Plata, lee las conclusiones del Taller 47: Discapacidades. Critica que el taller se realizara en un hospital, como si ese fuera el lugar para las personas con discapacidad. Habla de la falta de acceso laboral de las personas con discapacidad, de los problemas de accesibilidad y movilidad, y de la falta de espacios aptos —incluso en el encuentro— como baños o lenguaje de señas o documentos en braille. 

Es el sexto encuentro en el que participa, cuenta, desde que participó en uno que se hizo en Mar del Plata, donde descubrió que “las personas con discapacidad podíamos ser protagonistas de nuestras propias vidas y decisiones… Eso fue una invitación que el feminismo me convidó”. Daniela hace hincapié en la importancia de que haya personas con discapacidad en este tipo de encuentros, no solo para pensar mejor cómo hacerlo más accesible, sino para que las personas con discapacidad puedan encontrar a otras con situaciones similares a las suyas. “Es el espacio donde se tejen esas alianzas” y descubren “las diferentes problemáticas territoriales que hay en el país y en el resto de las provincias y territorios”. 

Mateo Kutral Llanquinao, de 18 años e integrante de la comunidad mapuche lof Wenewen, participa de su segundo encuentro y lee las conclusiones del Taller 38: Adolescencias libres. Cuenta que es activista desde la cuna y ahora lucha contra el adultocentrismo y da talleres al respecto. “El adultocentrismo no está desligado del patriarcado ni del capitalismo. El adultocentrismo nos subestima y nos oprime para que seamos adultos oprimidos y podamos ser trabajadores y reproductores de este sistema”, sostiene. Mateo aboga por la inclusión de la niñez y adolescencia en los diversos feminismos y por un encuentro que no solo sea plurinacional, sino “intergeneracional”. También, pide que se sigan incluyendo a las comunidades indígenas en los distintos aspectos políticos de los países. “Indígenas hay en todos lados y no podemos hablar de un verdadero feminismo si falta alguien”. 

 

 

 

 

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