Fotos de Nahira Montcourt
Cuando Leonela Alejandro entró al camerino, los nervios la consumían. La guitarrista clásica había sido seleccionada de entre cerca de 40 guitarristas para las semifinales de una prestigiosa competencia en California. “Yo no sabía ni siquiera qué hacer con todos mis nervios… estaba poniendo música en mi teléfono, brincando y tratando de soltar esas ansias que llevaba”, dijo desde una llamada por Zoom.
La joven de 24 años había pasado cerca de un año preparándose para ese momento. Se trataba del International Concert Artist Competition, organizado por Guitar Foundation of America. Cuando llegó su turno, lo dio todo, tanto así que fue seleccionada como finalista, junto a otros tres músicos. No lo podía creer. “No por dudar de mis habilidades, pero por el nivel y por el respeto que le tengo a la competencia y a los demás participantes”, recordó sobre el evento en el que participaban personas de diversos lugares del mundo.
El día de la final, estaba lista. Disfrutaba cada una de las piezas que tocaría. Entonces, llegó la premiación. Llamaron al cuarto lugar y no era ella. Llamaron al tercer lugar, y no era ella. Cuando llamaron al segundo lugar, tampoco era ella. La música de profesión se había convertido en la primera puertorriqueña en obtener el primer lugar en la competencia con un premio de $10 mil y una gira de cerca de 50 conciertos por Estados Unidos y Canadá, entre otros beneficios.
“Fue bien impactante. No se sintió real en ese momento”, dijo sobre la impresión de haber ganado la competencia que se celebró del 17 al 22 de junio de 2024.
El segundo lugar también fue una mujer, Hao Yang de China. De acuerdo con Guitar Foundation of America (GFA), la última vez que dos mujeres obtuvieron un primero y segundo lugar en la competencia de guitarra fue en 1995. Este año, el tercer lugar se lo llevó Dragos Ilie de Rumania y el cuarto lugar Francisco Luis de Portugal. GFA fue fundada en 1973 y organiza esta competencia desde 1982.
Con este premio, Leonela incrementó su cifra de galardones a cerca de una decena a nivel de Estados Unidos, Canadá, España y Alemania. Entre estos se encuentran reconocimientos en competencias como: Louisville Guitar Festival, Appalachian State Guitar Festival, Columbus State University Guitar Symposium, Indiana Guitar Festival, Chicago Guitar Festival, Le Domaine Forget de Charlevoix Guitar Competition, el Concurso Internacional de Guitarra Ciudad de Coria, Competencia Internacional de Guitarra José Tomás Villa de Petrer, y la Competencia Internacional de Guitarra de Iserlohn, entre otros.
La oriunda de Guaynabo posee una maestría en Música de la Universidad Estatal de Georgia. Ha tomado clases desde los siete años y conoce de primera mano aquellas figuras importantes de su campo. También, conoce aquella frase del compositor y pianista húngaro Béla Bartók que comentaba que las competencias son para los caballos, no para los músicos.
Sin embargo, a ella, las competencias le han permitido conectar con otras personas, presentarse en conciertos e inspirarse con el talento de otros músicos, en especial de mujeres en el campo de la guitarra clásica.
Las mujeres en la rama de la guitarra clásica son pocas, y lo fueron aún más cuando Leonela crecía y se desarrollaba en este campo. “(En los eventos), yo era, quizás la única muchacha o éramos dos muchachas y el resto de las personas eran hombres”, dijo.
Leonela recuerda que, mientras se formaba, sentía que debía esforzarse más que los hombres para ganar apreciación y respeto. También, se le hacía difícil proyectarse con su propia identidad por temor a que se le viera como menos. Sin embargo, esa situación cambió cuando tenía 13 años.
En un evento, recuerda haber visto a otra joven de Armenia tocar un concierto inspirador con su guitarra en mano, cabello oscuro y largo, y un traje lleno de brillo. “Para mí, eso era ‘wow’ porque estaba entrando en una etapa en que yo sentía que no podía ser tan femenina porque sentía que me tomaban menos en serio… Entonces, yo veo ese ejemplo de ella, que era todo lo opuesto a lo que yo estaba pensando y cuán realizada estaba ella”, comentó sobre uno de sus primeros referentes de una mujer en la guitarra clásica.
Desde entonces, una de sus metas es que, al verla tocar, otras niñas se sientan inspiradas.
Hoy, su guitarra está hecha de pino y admite que la relación que tiene con su instrumento es muy personal. “La guitarra es un instrumento bien íntimo porque no tiene tanto sonido duro y… aunque yo esté tocando para un público, primero es conmigo y ella me está ayudando a expresarme y a diseñar todo lo que quiero comunicar», comentó la joven que estudió en la Escuela Libre de Música de San Juan, el Conservatorio de Música de Puerto Rico, la Universidad de Wisconsin Milwaukee y la Universidad Estatal de Georgia.
Su familia ha sido su gran apoyo a lo largo de su carrera musical. Su papá es trompetista, y sus dos hermanos tocan el piano. De pequeña, ella no quería ser pianista y la trompeta tampoco le llamaba la atención.
Aun así, recuerda su primera clase de guitarra. Había seleccionado ese instrumento porque vio a la cantante colombiana Shakira tocándolo en uno de los vídeos de su serie de conciertos de 2002 y 2003. También, quería tocar la guitarra eléctrica, pero se le convenció de que empezara por una base, y eligió la guitarra clásica.
En esa primera clase, estaba nerviosa. Su maestro Jomel Rivera, le dijo que casi ningún guitarrista sabía leer música, pero que ella no sería así. De ahí que muchas de sus primeras clases estuvieran enfocadas en la lectura de música. Entonces, comenzó su trayecto en la guitarra clásica y se enamoró del instrumento.
Hoy, sabe leer música. Hoy, representa a Puerto Rico a nivel internacional. Hoy, abre espacios para que más mujeres toquen la guitarra clásica.