*Esta es la cuarta entrega de una serie de perfiles que publicaremos en Todas como parte de una alianza con Ruta Crítica, incubadora de proyectos de cine en Puerto Rico. Mujeres del cine boricua es un pódcast y registro en video de mujeres que son o han sido parte de la historia cinematográfica puertorriqueña. El proyecto, con entrevistas a cargo de la cineasta Arleen Cruz-Alicea, busca documentar la memoria y el trabajo de mujeres de distintas generaciones que han asumido distintos roles en el cine de Puerto Rico.
Fotos suministradas por Ruta Crítica
Luego de tres décadas de haber emprendido en la industria cinematográfica, la diseñadora de vestuario puertorriqueña Gladyris Silva, tiene la certeza de que las nuevas camadas de cineastas tienen que darle importancia a la gente de cine que le antecedió: “el cine nuevo se hace sobre sus fundamentos. Hay una trayectoria que (las nuevas generaciones) tienen que respetar y continuar”, reflexiona en conversación con la cineasta Arleen Cruz-Alicea.
Lo comenta quien en los años 90, cuando comenzó su caminar en el mundo del cine, se valió de lo que considera máximas en esta industria: la colaboración, el trabajo en equipo y la mentoría. “Venían películas grandes” a producirse en Puerto Rico, “llegaban grandes diseñadoras que fueron mentoras de todo el equipo que teníamos […] se montaban unos talleres grandes de vestuario. Y aprendíamos como loco porque, además de la productora, venía su supervisora de vestuario […] gente de mucha experiencia que nos ponía al día”, recuerda Silva.
“Hay que aprender de los que saben, de las experiencia de los que saben…no naces sabiendo, naces para aprender”, afirma con autoridad dada su amplia trayectoria como vestuarista en películas nacionales y en producciones extranjeras filmadas en Puerto Rico.
En la actualidad, quiere retomar la costura, quehacer que precedió su incursión al cine y a la publicidad. “No me veo retirada del cine porque es mi pasión, pero ya empiezo a reinventar algo de lo que yo empecé, me veo con un gran telar, haciendo telas […] yéndome a estudiar a Japón o a Guatemala […] quiero salir a estudiar textiles más a fondo”, comenta.
Sus años universitarios transcurrieron en Nueva York, donde estudió Diseño. Al regresar a Puerto Rico, montó un taller de costura, empresa que mantuvo por poco tiempo porque la directora de reparto Tere López la integró al equipo de trabajo de la película puertorriqueña A flor de piel (1990), dirigida por Marcos Zurinaga.
“Yo nunca pensé que iba a acabar en cine”, dice mientras recuerda que en la universidad le interesaba el diseño de vestuario para teatro por la cercanía que se puede entablar con los actores.
Para ella, el trabajo de vestir a una actriz o a un actor requiere cierto nivel de intimidad con esa persona, de percepción; trasciende lo estético. “Es bien importante que el actor esté cómodo con el vestuario. Yo no lo impongo, el actor tiene que sentirse bien con el vestuario que lo va a acompañar en su ejecución. Uno viste al actor de adentro hacia afuera”, asegura.
Tras la primera experiencia laboral en el cine, le siguió el diseño de vestuario para comerciales y programas de televisión. “Me sumerjo completamente en la publicidad y en hacer cine […] Me olvidé del taller (de costura)”, rememora Silva, amante del campo y de las playas del archipiélago boricua, escenarios que por tantos años le han recargado el espíritu para continuar su trabajo creativo.


Cuenta que en esos tiempos había mucha más oportunidad en Puerto Rico para concretar ideas creativas en el campo de la publicidad porque había grandes compañías financiando proyectos. “Había una efervescencia bien grande en la publicidad”, dice sobre esa época.
Cine boricua en la actualidad
Silva siente que, actualmente, hay un impulso grande para realizar cine puertorriqueño, pero también cree que “nos falta un poquito”. Piensa que los nuevos cineastas tienen que “enfatizar en las historias que nos identifiquen de una manera más sencilla, historias de lo que somos y de lo que necesitamos decir”.

En ese sentido, considera que tienen que predominar la creación de guiones “que nos identifiquen de una manera sencilla…historias simples, pero universales” con las que podamos representar a Puerto Rico en festivales de cine internacional. Según su experiencia, esa tarea se logra con la aportación que puedan hacer cineastas de diferentes generaciones.
La periodista Gabriela Ortiz Díaz redactó y recopiló los datos de esta historia.





