Fotos del archivo de Ana María Abruña Reyes
Desde el primer operativo encabezado por agencias federales en Barrio Obrero el pasado 26 de enero, las comunidades migrantes en Puerto Rico viven con miedo. Temen que en cualquier momento agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) toquen las puertas de sus casas con una orden de arresto que termine en deportación.
Las mujeres migrantes enfrentan la mayor vulnerabilidad en esta situación de incertidumbre, según confirmó Romelinda Grullón, directora ejecutiva del Centro de la Mujer Dominicana (CMD), quien ha sido testigo de los efectos de las políticas implementadas que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso sobre esta población.
Grullón señaló que muchas mujeres migrantes se cohíben de realizar actividades cotidianas y necesarias, como asistir a citas médicas o acudir a oficinas gubernamentales para tramitar documentos relacionados a su estatus migratorio. El miedo a ser arrestadas o deportadas las obliga a limitar su vida diaria. También ha visto cómo mujeres víctimas de violencia doméstica deciden no denunciar a sus agresores para evitar acudir a un cuartel de la Policía, lo que pone en riesgo sus vidas.
“Las mujeres víctimas de violencia de género tienen temor de asistir a cuarteles de la Policía a poner querellas y a los tribunales a hacer pedidos de órdenes de protección bajo el amparo de la Ley 54 de Puerto Rico y la ley federal VAWA (Violence Against Women Act), que sigue vigente”, explicó Grullón durante la conferencia, Retos y desafíos de mujeres migrantes ante la nueva política migratoria, que se celebró este pasado sábado, 20 de septiembre, en la Casa Dominicana, en San Juan, como parte de la asamblea bienal de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico (Asppro).
Durante el evento, Grullón instó a los y las periodistas a visibilizar los retos que enfrenta la comunidad migrante, especialmente las mujeres. Insistió en que la única manera de comenzar a solucionar el problema es mediante una reforma migratoria y la creación de “ un plan integral que se ejecute con base humana, que considere la interseccionalidad de sus vulnerabilidades para proteger derechos y promover la integración”.
Ayuda para las mujeres migrantes
En 2003, Grullón fundó el Centro de la Mujer Dominicana para crear una organización de base comunitaria y sin fines de lucro dedicada a asistir a mujeres inmigrantes víctimas de violencia de género. Aunque la mayoría de las participantes son dominicanas, porque constituyen la población migrante más numerosa en el país, la directora aseguró que atienden a mujeres de cualquier nacionalidad. En sus 22 años de servicios, el CMD ha apoyado a mujeres de 38 países con intercesoras legales, abogadas y psicólogas que proveen servicios y acompañamiento especializado.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), indica que las mujeres representan el 48% de la migración internacional y cada vez más lo hacen de forma independiente, muchas como jefas de hogar. En América Latina y el Caribe, la discriminación y la violencia por motivos de género, identidad de género y orientación sexual se encuentran entre los factores que impulsan la migración de mujeres y personas LGBTIQ+
Lee aquí: Las migrantes dominicanas enfrentan el peso de las políticas migratorias de Trump
En Puerto Rico, aún se desconoce cuántas mujeres, hombres o personas de otras identidades de género han sido arrestadas por ICE, ya que la agencia se niega a divulgar estos datos, a pesar de ser información pública. La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, en inglés) de Puerto Rico reportó que entre enero y agosto se registraron 1,004 detenciones discriminatorias e ilegales, de las cuales el 88% corresponde a personas sin récord criminal.

Romelinda Grullón, directora ejecutiva del Centro de la Mujer Dominicana
Políticas de odio y criminalización
Grullón denunció que las intervenciones de ICE se realizan de forma desproporcionadamente violenta y normalizando la criminalización. “Las desalmadas intervenciones de estos agentes, como está documentado y se ha denunciado, se producen en la forma más atropellante, humillante y violatoria de la dignidad humana, sin importar el dolor y la vulnerabilidad generalizados que provocan”, expresó.
La activista afirmó que la “era de Trump” se caracteriza por políticas ultraconservadoras y antiinmigrantes que han creado un ambiente hostil, discriminatorio e inseguro para las comunidades de migrantes en Estados Unidos y Puerto Rico. Advirtió que estas políticas de odio se han institucionalizado y la retórica antiinmigrante se ha normalizado lo que pone en peligro la democracia.
Cuando se le preguntó sobre las acciones de la gobernadora Jenniffer González Colón para ayudar a las personas migrantes, Grullón respondió que “no ha hecho nada” en solidaridad con esta población. Todo lo contrario, denunció su colaboración con los agentes de ICE y el apoyo abierto al gobierno de Trump.
Un llamado a la solidaridad
La directora del CMD reconoció el derecho y deber de los países de proteger sus fronteras, pero defendió con firmeza el derecho a la migración. “Todos los países tienen el derecho de proteger sus fronteras. Pero, lo que no es un derecho de ningún país, es la elaboración y ejecución de políticas orientadas en el discrimen, de las que se desprenden las redadas indiscriminadas, en las que ‘todo se vale’ siempre que el resultado final sea crear estados de terror”.
Grullón cerró su intervención en el evento con un llamado de acción a la prensa y a la ciudadanía a ejercer la solidaridad y la empatía con la comunidad migrante.






