(Netflix)
*Esta reseña incluye revelaciones sobre la trama de la miniserie Unbelievable y descripciones relacionadas con el tema de violación que podrían ser incómodas para algunas personas.
Una chica fue violada por un desconocido con el rostro oculto que se metió en su casa mientras ella dormía. Cuando llega la Policía, ella está cubierta por un colcha, visiblemente afectada, y le cuenta a un agente lo que pasó: hablaba por teléfono con un amigo, se quedó dormida y se despertó cuando el violador ya estaba en su cuarto. Llega un detective y le pide que vuelva a relatarlo. En el hospital, sometida a los procesos del SAFE kit, tiene que contar el suceso a una enfermera. Ya van tres veces. Más tarde, el mismo detective que la había entrevistado antes, vuelve a pedirle que cuente la historia. No toma notas. Entonces, le pasa una hoja donde le pide que escriba lo que le acaba de contar. Así, el mismo día en que fue violada, a Marie Adler (Kaitlyn Dever) le han pedido en cinco ocasiones que relate el crimen del que fue víctima.
Esta es la primera historia que cuenta la serie de Netflix Unbelievable, inspirada en el reportaje investigativo An Unbelievable Story of Rape, de los periodistas T. Christian Miller y Ken Armstrong, publicado por ProPublica y el Marshall Project en 2015.
No habría que ser una persona experta para entender todo lo que está mal en este principio. La ausencia de empatía ante una mujer a la que le quitaron algo que no va a poder recuperar jamás, la revictimización continua, la búsqueda de su pasado para medir la validez de su relato, el juicio y la duda. Todos los elementos son excelentes excusas para un cuerpo policial mediocre, carente de entrenamiento especializado en estos casos y que tiene muy pocas ganas de hacer su trabajo. Su tratamiento provoca que la víctima cambie su relato y diga que lo ha inventado. Entonces, pasa lo que es realmente inconcebible: la víctima pasa a ser la acusada, imputada por el delito menos grave de presentar una denuncia falsa.
El segundo caso que presenta la serie es similar: una chica fue violada por un desconocido con el rostro cubierto que se metió en su casa mientras ella dormía. Pero, hay un elemento que lo cambia todo, una detective empática que desde el inicio procura el mejor bienestar de la víctima. La sociedad le ha fallado a esta mujer y la investigadora Karen Duvall (Merritt Wever) está consciente de que si bien no puede eliminar la terrible experiencia, lo menos que le debe es ser responsable y hallar al culpable. Así, haría, al menos, un poco de justicia y evitaría que el mismo hombre vuelva a violar a otra mujer.
“Para mí, no suenas como una persona loca. Suenas como alguien que ha pasado por un trauma y está buscando una manera de sentirse segura y en control nuevamente. Y no hay nada de locura en eso”, le dice en una ocasión Duvall a la víctima del caso que investiga, Amber (Danielle MacDonald).
La serie cuenta como productoras ejecutivas a Sarah Timberman y a Susannah Grant, quien también es escritora y directora de varios de los capítulos. Ambas muestran un curso indispensable para policías, personas que trabajan en los hospitales y el resto de la sociedad sobre cómo no se trabaja un caso de violación: a partir de la duda y del prejuicio, y cómo sí se hace: desde la empatía, la compasión y el compromiso con la justicia. Pero, no se siente como una clase tediosa y aburrida. Unbelievable educa a través de una trama interesante y una narrativa rica sobre el proceso de intervención policiaca luego de que se reporta un crimen de esta naturaleza.
Muestra también la crudeza del proceso de recopilación de evidencia de violación conocido como el SAFE kit, lo que trae a la luz la importancia de la sensibilidad de quienes lo realizan.
Pareciera que el título se refiere a la denuncia de violación presentada inicialmente por Marie. Su historia como una adolescente que ha crecido en diferentes hogares sustitutos y su reacción al evento provocan la duda de dos de sus madres de crianza. Pero lo que es realmente increíble es que a estas alturas de la historia el pasado y la forma de sobrellevar una experiencia tan traumática como lo es una violación sigan siendo elementos para ponderar la veracidad de tal denuncia. Solo en Puerto Rico, se han presentado 3,627 querellas por agresión sexual en los últimos tres años. Personas expertas en el tema han estimado que esta cantidad representa menos del 2% del total de agresiones sexuales que realmente ocurren en la isla. La cifra de denuncias supuestamente falsas es tan ínfima que no puede ser utilizada como justificación para no investigar una denuncia de agresión sexual o hacerlo a partir de la sospecha o la duda sobre la víctima.
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En la serie, como ocurrió en la vida real, la detective Duvall, junto con la también investigadora Grace Rasmussen (Toni Collette), expurgan cada detalle, los importantes y los que parecieran no serlo tanto, con tal de dar con el violador. Exigen compromiso de su equipo de trabajo y no tienen un mínimo de paciencia ante la mediocridad.
“Cuando hablamos de un violador violento, un tipo que, en cualquier momento, podría irrumpir en la casa de otra mujer y marcarla de por vida -porque esto no es algo que la gente supere, es algo que llevan consigo para siempre, como una bala en la columna vertebral- yo espero que todos en mi equipo me den el 100 por ciento de su esfuerzo el 100 por ciento del tiempo. Y eso significa verificar tres veces que el trabajo se realiza correctamente, que el informe es exhaustivo y que el laboratorio entrega sus resultados a tiempo. Si eso parece más allá de sus capacidades o su campo de interés, quizás le vendría bien irse a otro equipo”, es la respuesta que Duvall le da cuando un miembro de su equipo intenta con desinterés justificar que no ha entregado a tiempo un informe sobre los resultados de laboratorio del caso.
El trabajo de estas dos mujeres cambia la vida de Marie, la primera víctima, quien tiene que ser compensada por todo lo que significó que su denuncia fuera despachada como una falsa alegación. Es esperanzadora también si las personas con responsabilidad en la investigación y asignación de recursos para la justicia, la reparación y la prevención de la violencia sexual pueden ver en las interpretaciones de Wever y Collette una inspiración, un deseo de compromiso de cómo hacer su trabajo al 100 por ciento.
Claro está, se trata de una serie basada en un caso investigado en Estados Unidos. Muestra a dos detectives y un equipo de trabajo dedicado casi exclusivamente a su esclarecimiento, pues lo han convertido en una prioridad. Habrá que preguntarse qué se requiere para que las autoridades en nuestro país cuenten con recursos similares a los aparecen en la serie y cuál es la posibilidad de que policías en la isla puedan dedicarse de lleno al esclarecimiento de un solo caso. Aun mirando de lejos, es evidente que los cuarteles de la Policía de Puerto Rico no se asemejan a las modernas estructuras que aparecen en la producción y documentadas están las quejas de falta de recursos y equipo para apoyar las investigaciones.
Mientras tanto y, por eso, en Puerto Rico y en el mundo habrá que seguir en la calle exigiendo el 100 por ciento de parte de nuestro gobierno, nuestras autoridades y de nuestra sociedad. No merecemos menos.
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Si tú o alguien que conoces ha sido víctima de violación, puedes llamar al Centro de Salud y Justicia de Puerto Rico al 787 743-3038 o al Centro de Ayuda a Víctimas de Violación al 787 765-2285.