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En la década de 1950, muchas mujeres puertorriqueñas se convirtieron en sujetos de un gran experimento para aprobar la pastilla anticonceptiva. Las partícipes de esta prueba médica fueron tratadas como cifras, no como personas. Las Borinqueñas, obra teatral del dramaturgo puertorriqueño Nelson Díaz-Marcano, que estrena en Puerto Rico este viernes, 24 de octubre, en el Teatro Francisco Arriví en Santurce, resalta las historias de vida de María, Fernanda, Yolanda, Rosa y Chavela, cinco amigas que enfrentaron esta experimentación clínica, a la que fueron sometidas desinformadas, perdiendo así el control de las decisiones que se tomaron sobre sus propios cuerpos.
“La historia de mi personaje lo que representa es la falta de consentimiento informado en todo el proceso de los derechos reproductivos de la mujer de esa época […] En el caso de mi personaje, ella tuvo unas consecuencias a largo plazo porque se sometió a unos procesos sin entender muy bien a qué se estaba enfrentando”, dice Camila Monclova, una de las actrices de la pieza.
Por su parte, Yamaris Latorre, directora de la obra, comenta que “continuamente se hacen experimentos para el crecimiento de las ciencias. Aquí el detalle está en que este fue un proceso de ‘trial and error’ en el que no hubo protección de los derechos reproductivos de la mujer puertorriqueña”.
Latorre, quien ha ejercido la dirección en otros proyectos teatrales (Al borde de, Los monólogos de la vagina, Sueño verde) explica que “a las mujeres se les dijo que era un medicamento para evitar embarazos, no se les explicó que era un fármaco experimental, ni los riesgos graves o los efectos secundarios. Lo que hubo fue una gran desinformación y se fueron directamente a las clases sociales bajas, marginadas, a las mujeres que tenían poca educación”.
“A todo eso se le suma que hubo poca regulación médica, que las primeras versiones de la píldora tenían dosis hormonales bien altas, que hubo falta de protocolos internacionales que incluyeran normas éticas y supervisión científica externa, que es lo que se hace con este tipo de pruebas así tan fuertes”, continúa Latorre.
Para Camila Monclova, este experimento se hizo “desde un lugar muy paternalista y muy racista”. La actriz menciona que, a pesar de eso, “los perpetradores, los doctores americanos (estadounidenses) que llevaron estos experimentos a cabo, pasaron a la historia como héroes; sobre todo, la doctora Edris Rice-Wray, que fue el enlace con las mujeres, se convirtió en un ícono feminista”.
Monclova, quien forma parte del elenco junto a Mariana Monclova, Anoushka Medina, Yadilyz Barbosa, Eunice Jiménez, Nancy Millán y el actor José Eugenio Hernández, cree que todavía está presente ese paternalismo: “Esto no ha dejado de ser una lucha, el poder recibir la información adecuada para tomar decisiones en cuanto a nuestros cuerpos. No solo del sistema reproductivo, sino a nivel general”, afirma.

Una obra vigente
De un texto situado hace 75 años, resalta en la actualidad las diferencias entre la mujer de ahora y la de los años ‘50 en términos del proceder social, por ejemplo, pero también una similitud en cuanto al carácter aguerrido de la mujer puertorriqueña, “que va a todas”. “En aquel entonces veíamos mujeres con diez o doce hijos haciendo lo que hubiese que hacer para echar a la familia hacia adelante. Eso no ha cambiado hoy en día. Las mujeres tienen tres trabajos”, dice Latorre.
“Y no es que nos sintamos orgullosas de que tengamos que explotarnos, más bien enfatizo el asunto del carácter de la mujer boricua, que en el sentido de levantar a la familia es capaz de hacer tanto”, aclara.
Tanto Camila Monclova como Yamaris Latorre coinciden en que, en el contexto sociopolítico actual, la puesta en escena de Las Borinqueñas mantiene vigencia respecto al tema de los derechos reproductivos y de la autonomía del cuerpo de la mujer. “Lo que estamos viendo es un retroceso en los derechos reproductivos, estamos viendo una nueva toma del poder del cuerpo de la mujer. Hay un arresto de nuestros cuerpos nuevamente. En ese contexto [la historia de la obra] es igual, es como mirarnos en un espejo 75 años después y decir ‘wow, nada ha cambiado’”, afirma Latorre.
En esa misma línea, la directora de la pieza, que estrena en Puerto Rico este fin de semana, lamenta que todavía estemos estancados como país, “que las mujeres no podamos abrazar nuestros cuerpos en completa libertad”. Latorre se lamenta además por el futuro para las niñas y cuestiona la educación que reciben para que ellas puedan validar sus derechos y el amor por sus cuerpos y por sus propias decisiones.

Para contrarrestar ese panorama, ambas apuestan a la sororidad entre las mujeres. De la historia que narra Las Borinqueñas, eso les da esperanza. Latorre enfatiza que, con el montaje de la pieza, se propuso resaltar ese mensaje de unidad entre mujeres. Además, con la puesta en escena pretende honrar a todas las mujeres que pasaron por este proceso de experimentación con sus cuerpos y a las que hoy día presentan paralelismos con casos como estos.
“Esto no es una obra documental ni médica, no es un drama, hay momentos sentimentales, bonitos[…] Espero que la gente se vaya con algo en qué pensar”, concluye Monclova.
La producción cuenta con un equipo creativo compuesto en su totalidad por profesionales puertorriqueños de la isla y la diáspora, incluyendo a Gerardo Díaz-Sánchez (escenografía), Abigail Vargas (vestuario), Pamela López Maldonado (iluminación), Gregorio Barreto (utilería), Milton M. Cordero (proyecciones), Chenan Martínez (composición y sonido), Ybelka Hurtado (maquillaje y peinado) y Karen Camacho (coreografía). La asistencia de dirección y regiduría de escena están a cargo de Edna Lee Figueroa, la gerencia de producción de Omayra Garriga Casiano y la producción ejecutiva de María Cristina Fusté.
Con Las Borinqueñas, Boundless Theatre Company celebra 19 años de trayectoria produciendo teatro en Puerto Rico y Nueva York. Esta pieza fue reconocida en Nueva York con el Premio HOLA (Hispanic Organization of Latin Actors) al Mejor Diseño de Producción.
Las funciones se llevarán a cabo los días 24, 25 y 26 de octubre en el Teatro Francisco Arriví en Santurce. Los boletos están disponibles a través de Ticketera.com.





