Había estado esperando la película Babylon desde que fue anunciada en el 2019. Me alivia decir que no me decepcionó. Si bien es probable que Babylon deje un sabor amargo para muchos, no deja de fluir con pasión y asombro. Al más puro estilo de Hollywood, es tan indulgente como la misma industria que intenta criticar.
La comedia dramática de época tiene como su escritor y director a Damien Chazelle. La película caótica sigue a un conjunto de personajes más grandes que la vida interpretados por Diego Calva, Margot Robbie, Brad Pitt, Jean Smart, Jovan Adepo y Li Jun Li. ¿La trama? Simple. Narra el auge y la caída de los personajes durante la transición de Hollywood del cine mudo al cine sonoro a finales de la década de 1920. Pero lo que ocurre durante las tres horas de Babylon es la representación más obscena e insalubre del supuesto glamour del mundo del espectáculo.
Esta ocasión marca el regreso de Chazelle a la pantalla grande desde que estrenó First Man en el 2018. Chazelle se convirtió rápidamente en un talento reconocible y admirado en la industria del entretenimiento por Whiplash (2014) y La La Land (2016), pero pareció caer en desgracia cuando First Man recibió una recepción tibia.
El director decidió no incluir la plantación de la bandera estadounidense en la Luna en el drama biográfico que relata el alunizaje, aunque sí se muestra la bandera durante esta secuencia en la película. Comoquiera, la omisión del acto preciso causó mucho ruido entre críticos y cinéfilos. Incluso, el senador de Florida, Marco Rubio, y el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se unieron a la conversación calificándola como un acto de “locura” que muestra “vergüenza por los logros de Estados Unidos”. Esto consolida aún más cómo el discurso se convirtió en una batalla de egos.
La controversia afectó la recepción de la película y cimentó aun más una subida cuesta arriba para lo que se le fuera a ocurrir a Chazelle a continuación. Entonces, llega Babylon, descrita por su director y guionista como “una carta de odio a Hollywood, pero una carta de amor al cine”.
La transición del cine mudo a los “talkies” ya se había representado en 1952 en Cantando bajo la lluvia, pero muchos estarían de acuerdo en que fue una muestra más alegre. Si bien Babylon hace referencias a la comedia romántica musical de Gene Kelly y Stanley Donen, en esencia, la película se parece más al hermano mayor salvaje y ebrio de La La Land.
No tiene miedo de ensuciarse y mostrar los ángulos más perversos de Hollywood. Parece más un cuento de antes de dormir que provoca pesadillas, y pecados por los que la mayoría de los padres religiosos rezarían para que sus hijos nunca se dejen seducir por estos. Pero, para muchos, este estilo de vida similar a una casa de los horrores es el equivalente a la salvación.
Para Nellie LaRoy, interpretada por la actriz australiana Margot Robbie, ella se comporta como una estrella a pesar de ser relativamente nadie en el espacio en el que se encuentra. Esto es porque su creencia es que si dices que eres una estrella, entonces eres una estrella, y ella es el real deal. No quiere regresar a Nueva Jersey y recordar todo el dolor y la angustia que sintió ahí. Preferiría adormecerse con drogas y licor y ser la niña de los ojos de todos.
Luego está Manuel “Manny” Torres interpretado por el actor mexicano Diego Calva, que sueña con una vida más grande que la que le han dado. Su familia emigró de México a California. Él, como Nellie, quiere ser alguien importante. Comienza desde los más bajo y, a lo largo de la película, lo vemos subir la escalera del éxito hasta que es él quien firma cheques y hace tratos.
Cada elemento de esta película es magnético, especialmente sus actuaciones, pero lo más importante es su banda sonora. Compuesta por Justin Hurwitz, la música que suena a lo largo de la película vibra con vida. Si fuera por mí, escucharía “Voodoo Mama” cada segundo de cada día.
A pesar de todo lo bueno, Babylon tampoco es inmune a la controversia. A pesar de tener un protagonista latino, el mercadeo y la recepción de esta película han sido muy elogiosos para sus contrapartes blancas. Diego Calva continúa obteniendo un ascenso de segunda clase en comparación con Brad Pitt – quien ha sido acusado de abusar a su esposa y a sus hijos cuando estuvo casado con Angelina Jolie – y Margot Robbie.
La película en sí tampoco utiliza sus personajes negros, latinos y asiáticos al máximo.
El único que tiene un arco de personaje satisfactorio es Manny de Calva, pero incluso entonces se convierte en la razón del sufrimiento de Sidney Palmer, interpretado por Jovan Adepo, y Lady Fay Zhu, interpretada por Li Jun Li.
También hay instancias de black face que, si bien son precisas para el período de tiempo, solo sirven como un medio para mostrar la corrupción de Manny Torres a medida que gana más poder en la industria. En última instancia, es innecesario, especialmente cuando la crítica la hace un director blanco, cuyo ascenso y reconocimiento no ha sido tan difícil como para otros.
Todo esto se une para formar una descripción desastrosa del éxtasis. Es amor, lujuria y locura, todo para celebrar por qué amamos las películas mientras demuestra lo descarado que pueden ser las personas que nos proveen el regalo del cine. A pesar de la lucha desgarradora que conduce al proyecto final que vemos en la pantalla, es una prueba de que somos capaces de crear milagros.
Babylon se puede ver en cines puertorriqueños.