La falta de educación, los procesos de recuperación, la revictimización, la desigualdad, las alternativas disponibles y la inacción de las autoridades fueron algunos de los temas discutidos durante el Diálogo: Acoso Sexual en la Universidad, este jueves, a través de Zoom.
Este evento fue parte de la Caravana Violeta Virtual 2020, organizada por la Coordinadora Paz para las Mujeres (CPM), una coalición puertorriqueña que, por 30 años, ha luchado contra de la violencia doméstica y la agresión sexual.
El lema de la caravana, “si los espacios educativos no son seguros para una, no lo son para ninguna”, sirvió como tema central para la discusión que contó con la participación de la directora del Proyecto Equidad entre los Géneros, María Cristina Pacheco Alcalá; Elithet Silva Martínez, facilitadora de Siempre Vivas Metro; Ilia Vázquez Gascot, coordinadora de Paz Mujer; e Irma Lugo Nazario, activista en derechos humanos y directora del Observatorio de Equidad de Género.
Lugo Nazario y Vázquez Gascot coincidieron al afirmar que el acoso sexual en las instancias universitarias suele manifestarse como una conducta de poder.
“Ciertamente, en la universidad cuando hablamos de acoso sexual lo vemos cuando un individuo utiliza su posición administrativa e intenta obtener una gratificación sexual a cambio de aprobar cursos o acceso a beneficios. También, suele reflejarse cuando ocurre una conducta innecesaria que no es solicitada ni deseada”, dijo la coordinadora de Paz Mujer.
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Más vulnerables las más jóvenes
Como parte del evento, se expuso que las mujeres que se encuentran en contextos universitarios entre las edades de 18 a 25 años están tres veces más vulnerables a experimentar algún tipo de violencia sexual en el entorno educativo. Además, se informó que un 61% de los estudiantes universitarios conocen a alguna persona que ha sido revictimizada tras exponer su caso de acoso sexual. Mientras, un 72% de los encuestados indicó que no se sienten seguros dentro del espacio educativo.
Las panelistas destacaron que, en términos estadísticos, las estudiantes de primer año de bachillerato están en mayor riesgo de ser víctimas de violencia sexual. En la mayoría de los casos, las jóvenes salen de su entorno, no tienen una red de apoyo cerca y no conocen los riesgos a los que se están exponiendo.
Hay ayuda disponible
Durante el dialogo abierto al público, que tuvo una participación de 130 personas, las participantes enfatizaron en los mecanismos de ayuda y los recursos disponibles para las víctimas de acoso sexual. Mencionaron programas como Paz para la Mujer y Siempre Vivas Metro, que trabajan en la búsqueda de espacios seguros, igualdad y justicia.
Silva Martínez, por su parte, comentó que son muchas la razones por las cuales una víctima sobreviviente de acoso sexual divulga su experiencia en un momento y circunstancias específicas. Incluso, explicó que el proceso de distanciamiento social puede traer recuerdos y hacer que la persona decida exponer lo sucedido.
“Muchas de las víctimas no hablan dentro de los contextos formales porque sienten que no van a ser escuchadas. Necesitamos reconocer que debemos crear una cultura de comunidad”, expuso la portavoz de Siempre Vivas Metro.
“La víctima va a hablar cuando se sienta preparada. No es cuando otro lo diga. Hacer la denuncia es un proceso de sanación que requiere tiempo”, detalló, por su parte, Lugo Nazario.
Del mismo modo, Pacheco Alcalá expuso que no existe un panorama claro sobre la cantidad de casos de acoso sexual en las instituciones educativas del país, ya que las universidades no ofrecen estadísticas.
“El reto está en mantener un registro de los casos. La manera en que está diseñado el sistema no aporta a que podamos tener más información y así poder justificar que los servicios son necesarios”, profundizó.
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Limitación en fondos de Título IX
Por otro lado, denunciaron que, en Puerto Rico, los recursos que se designan para el programa Titulo IX, un proyecto que asegura un trato con equidad y justicia, son limitados en comparación con otras universidades en los Estados Unidos. Incluso, se analizaron las nuevas enmiendas al programa que entraran en vigor a partir del mes de agosto y se concluyó que el código elimina derechos para las sobrevivientes de acoso sexual.
“Ciertamente, es un retroceso a muchos avances y en términos de inclusión. Ahora, más que nunca, tiene que haber una colaboración mano a mano con la administración de las instituciones, pero sobre todo entender la problemática y seriedad del acoso sexual”, expresó Pacheco Alcalá.
Este conversatorio formó parte del calendario de actividades organizados por el CPM, contra la violencia de género, apoyo a víctimas, albergues y centros de servicio. A la campaña se han unido varias organizaciones con el fin educar a la comunidad sobre recursos para hombres y mujeres víctimas de agresión sexual, guías para el manejo de casos de violencia de género, protocolos para víctimas sobrevivientes, entre otros.