“Te prometo seguir adelante con más espíritu y más fuerza que nunca en lo que el destino puso en mi corazón y en mi pluma para mi pueblo y para otros pueblos del mundo”
-Julia de Burgos
Cartas a Consuelo, 12 de junio de 1945
Julia de Burgos, nuestra poeta nacional, adoptó las luchas políticas de Puerto Rico y el mundo. De eso hemos escrito en las pasadas columnas: Julia de Burgos y la lucha contra el dictador Trujillo y Las diversas facetas de Julia de Burgos.
Ante la coyuntura mundial y nacional presente, es importante que busquemos en el pasado el valor y los consejos de personas que se enfrentaron a panoramas tal vez aún más desesperanzadores que el nuestro.
Hace casi un siglo atrás, Julia publicó su primer poemario, Poema en veinte surcos, mientras el fascismo se apoderaba de Europa y sus colonias en la década de 1930.
Ante la amenaza de la propagación de estas ideas genocidas por el resto del mundo, nuestra heroína carolinense proveyó una resistencia femenina y feminista con sus letras.
Hoy nos volvemos a enfrentar al resurgimiento, normalización y llegada al poder de una extrema derecha que aspira a borrar el avance en derechos humanos luego de aquella noche que duró medio siglo.
¿Podremos encontrar una ruta de esperanza en los impactantes (y poco conocidos) versos antifascistas de Julia? Veamos.
El mensaje de Julia a Hitler
“Los Hitler, los Mussolini… ¡Balas! ¡Balas! ¡Balas! ¡Balas!
Las dos víboras de Europa
Que con la muerte se pactan.
Pero… allá vienen las viudas,
Las madres y las hermanas.
El aire se va salado
Con la sal de tantas lágrimas.
El agua del río huele
A un millón de puñaladas.
Por allá vienen las viudas,
Las madres y las hermanas.
Subiendo la cuesta vienen
Todas ellas enlutadas,
Y su dolor canta el himno
Qué hará el futuro de España.
¡Ochenta mil hombres muertos
en el campo de batalla!
¡Fascismo en contra del pueblo!
¡Pueblo en defensa de España!”
Julia de Burgos escribió el poema Ochenta mil (1938) en un Puerto Rico bajo un proyecto de americanización que buscaba crear a maestras (como ella) para que enseñaran el inglés como idioma principal y único.
La resistencia puertorriqueña adoptó un apego a la herencia hispánica como estrategia de diferenciación ante el nuevo invasor. También bajo España, los patriotas boricuas fueron parte de las luchas contra la monarquía y a favor de la democracia.
En ese contexto, Julia sintió simpatía con el nacionalismo puertorriqueño y el republicanismo español. Por lo que no le fue difícil entender y denunciar lo que ocurría en Europa, que amenazaba con tragarse al mundo: la Guerra Civil Española (1936-1939) y la expansión fascista de Hitler (1933-1945) y Mussolini (1922-1943).
En España, el general Francisco Franco inició un golpe de Estado para derrocar a la república elegida democráticamente, instalando una dictadura anticomunista. Para ganar, recibió ayuda de los gobiernos de Alemania nazi e Italia. El ataque alemán contra la España republicana más recordado es el de Guernica (1937), inmortalizado por Pablo Picasso en el cuadro del mismo nombre. Estados Unidos decidió no intervenir allá (aunque sí en Puerto Rico, pues fue el mismo año de la Masacre de Ponce).
Aunque en su poema Julia mencionó solo 80,000, la guerra en España dejó 200,000 muertes y15,000 republicanos españoles en campos de concentración nazis, según el United States Holocaust Memorial Museum.
Los versos de Julia a Franco
“España,
No caerás,
Por los vientres de tus mujeres muertas
En las balas fascistas.
En alguna, dormido para siempre
Habrá un niño pequeño
Soñando todavía.
(…)
Cada vientre de mujer fecundada
Subirá de la tierra
Y confiará su niño
A la mujer que aún vive,
Agarrada a la idea.
Y los dioses de la pólvora temblarán
Ante la sangre nueva,
Que se alce como índice apuntando hacia ellos
El mensaje de aquellas
Compañeras distantes”
En el mismo año (1938), Julia publica su otro mensaje antifascista: España… no caerás. Si realizamos un análisis de los versos en ambos poemas, vemos claramente una respuesta femenina y feminista a los crímenes fascistas que lamentablemente continuarían hasta 1975 en España, luego de ésta abstenerse de la Segunda Guerra Mundial que frenó el nazismo en 1945.
Julia de Burgos nos habla de la esperanza que traen las mujeres, encarnadas en “las viudas, las madres y las hermanas”. Cabe recalcar que hubo mujeres guerrilleras antifascistas en toda Europa y sus colonias; muchas aprovecharon el machismo del ideal fascista para servir de mensajeras y espías.
La poeta carolinense también establece que España será salvada por la maternidad, de aquella mujer asesinada y de la que sobrevivirá. Y no solo eso, coloca la derrota de la dictadura explícitamente provocada por “el mensaje de las compañeras” asesinadas.
De esta manera, Julia coloca a las mujeres al centro de la resistencia antifascista que ganará aún cuando sus cuerpos caigan. Da así visibilidad a sus roles y valora a las mujeres que están batallando en el hogar, que también es un campo de batalla que el fascismo intenta conquistar.
Desafiando roles
“Tengo hambre de libertad”
Julia de Burgos
Carta a Consuelo, 17 de abril de 1953
Puerto Rico tiene el honor de contar con mujeres poetas que desafiaron los roles de género al adentrarse en la discusión política de sus tiempos.
Ahí está Lola Rodríguez de Tió, autora de nuestro himno nacional original y revolucionario. Luego, y entre otras, está la mulata Julia de Burgos, quien sin el privilegio de sus antecesoras pudo dejarnos una ruta de respuesta ante las fuerzas reaccionarias de hoy, que son las de siempre.
¡Que hoy nos guíen los versos antifascistas y feministas de nuestra Julia!
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Referencia:
Y fui toda en mí: Antología poética en el centenario de Julia de Burgos, SM Editores, 2014
