“La mujer que estudia y lee llega a un estado de conciencia tal
que encuentra en sí misma el sentimiento de confianza que la lleva con paso firme
y cierto a la independencia y a la felicidad supremas”.
-Lola Rodríguez de Tió
Cartas a mis amigas de la vuelta-abajo
La primera persona en nuestro país en fundar una escuela verdaderamente pública fue una mujer: Celestina Cordero Molina.
Ese rol de enseñar ha sido generacionalmente asumido por nuestro género, tanto en el hogar como en la escuela.
Podemos escribir miles de palabras sobre la precarización de la profesión del magisterio y del trabajo no asalariado invaluable para cualquier sociedad. Pero hoy nos limitaremos a conocer la visión sobre la educación de tres puertorriqueñas históricas, cada una reflejando la situación del Puerto Rico de su época.
Luisa Capetillo Perone
“La instrucción es la base de la felicidad de los pueblos. Instruid bajo el dosel de la
verdad: rasgad el velo de la ignorancia, mostrando la verdadera luz del progreso,
exenta de ritos y dogmas. Practicad la fraternidad, para estrechar los lazos que
deben unir la humanidad de un confín a otro sin distinción de razas ni creencias.
La ignorancia es la causa de los mayores crímenes e injusticias”.
-Luisa Capetillo
Ensayos libertarios (1907)
Luisa Capetillo Perone fue una educadora, aunque no de manera oficial. Esto es resultado de las circunstancias de su época. Su infancia transcurrió en el Arecibo de finales del siglo XIX, en una sociedad donde la educación era religiosa, reservada para la clase alta o proporcionada mediante la caridad.
Fue hija de padres inmigrantes de clase trabajadora e ideología liberal; quienes la educaron en la biblioteca de su hogar, entre libros feministas, marxistas y laicos. Cuando Luisa se divorció, fue a trabajar a una de las fábricas de tabaco que inundaron a la recién creada colonia estadounidense. Allí fue escogida como lectora, oficio que facilitaba noticias y literatura a obreros(as). Con su conciencia de clase y género, utilizaba su podio para educar y organizar hacia el sindicalismo y el feminismo.
Luisa pasó a escribir discursos y libros, como Ensayos libertarios, donde compartió su visión de la educación. En estos ensayos expuso una pedagogía de avanzada, como la transformación de cárceles en centros de educación y adiestramiento. Ella reconocía lo que hoy aparenta confirmar la ciencia: el acceso a la educación crea sociedades más justas.
Julia de Burgos García
“La adolescencia se caracteriza por el amor propio y cuando un maestro
ilumina las buenas cualidades de un niño, logra mucho más que concentrarse en sus vicios”
-Julia de Burgos
Cartas a Consuelo
Julia de Burgos es conocida como nuestra poeta nacional y méritos para esto no le faltan. Pero tal vez pocos conocen que fue maestra. De hecho, su deseo de enseñar fue tal que en la Universidad de Puerto Rico (UPR) no escogió estudiar letras, sino pedagogía. Tal vez su visión fue parte del tipo de educación pública que recibió en la Escuela Secundaria de la UPR (UHS).
Julia de Burgos trabajó en la escuela del barrio Cedro Arriba de Naranjito, donde, a sus 24 años, se cree que escribió su primer y más icónico poema: Río Grande de Loíza. Luego de esa experiencia, la poeta no volvió a practicar el magisterio. Se mudó de Puerto Rico, se casó y se centró en su carrera literaria. Sin embargo, continuó aprendiendo en la Universidad de La Habana.
En sus cartas a su hermana Consuelo, logramos ver su visión sobre la profesión.
A pesar de su temprana muerte, la carolinense ha seguido educando a generaciones de mujeres a través de sus escritos. Son muchas las que siguen estudiando sus letras feministas, puertorriqueñas y antillanas a través de sus poemas.
Dra. Antonia Pantoja
“Tengo la responsabilidad de enseñar a personas como yo, que son pobres,
que no comprenden el hecho de que pueden producir riqueza”
-Antonia Pantoja
Fighting for Puerto Rican New York (2019)
La doctora Antonia Pantoja siempre vio inseparable la educación de las políticas que afectan a las comunidades.
Oriunda de Barrio Obrero e hija de una lavandera, esta maestra y trabajadora social es reflejo del país en la primera mitad del siglo XX.
Aunque fue educada en la Universidad de Puerto Rico y enseñó en escuelas rurales, se mudó al Lower East Side de Nueva York, como parte de la gran emigración de 1950.
En 1954, fue reclutada por la ciudad neoyorquina para atender a la creciente diáspora puertorriqueña. Allí fundó, en 1961, la organización que se considera su mayor legado: ASPIRA. Esta entidad promovió la educación y la formación política con el fin de organizar a la juventud nuyorican para que se involucrara en el activismo y para que aspirara a posiciones electas. Esa visión en la lucha por los derechos civiles, tuvo un gran impacto e influyó grandemente en la fundación y desarrollo de grupos como los Young Lords.
Antonia fue feminista y lesbiana, aunque permaneció “dentro del clóset” gran parte de su vida adulta debido a los grandes prejuicios que existían contra maestras y activistas que se salían de la feminidad tradicional.
Por sus esfuerzos educativos universitarios (incluyendo una visita a la Universidad de Puerto Rico) y su creación de distintas organizaciones sociales, en 1996 se convirtió en la primera mujer puertorriqueña en recibir la medalla presidencial.
La doctora Pantoja es recordada como una líder pionera de la lucha afrodescendiente y nuyorican. Instituciones como el NYC Museum y el NYC Department of Education, enaltecen su práctica pedagógica y la enseñan a las futuras generaciones.
Luisa, Julia y Antonia son tres de miles de mujeres que han perfeccionado el rol de educar, o sea, de crear sociedades. Sus acciones y visiones nos continúan guiando.
¡Esto va para las mujeres que históricamente han educado en la casa, en la escuela y en la calle!
______________________________________________________________________________________________________________________________________________
Te pudiera interesar:
Materiales escolares físicos sobre puertorriqueñas históricas aquí
Materiales educativos digitales sobre puertorriqueñas históricas aquí
Referencias:
Luisa Capetillo: Historia de una mujer proscrita, Norma Valle Ferrer, Ediciones Cultural, 1990.
Cartas a Consuelo, Julia de Burgos, Folium, 2014.
Antonia Pantoja: Fighting for Puerto Rican New York, Hidden Voices: Untold Stories of New York City History, NYC Department of Education, 2019.