Fotos Ana María Abruña Reyes
En agosto de 2016, Angélica Rosario Santos estaba rodeada de mujeres matemáticas. El salón donde se encontraba tenía tres pizarras verdes para la realización de cálculos, y cerca de veinte mujeres de diferentes partes del mundo que compartían la pasión por los números. Parecía una realidad alterna. Se había acostumbrado a que –con algunas excepciones– los varones fuesen su única compañía en los salones donde tomaba clases en la Universidad de Puerto Rico de Cayey. Pero ese viaje a Massachusetts lo cambió todo.
“Si yo dudaba que, por ser mujer, yo no podía ser matemática, eso me cambió toda la perspectiva”, afirmó sobre la experiencia de un año en su postbachillerato donde colegas colaboraron juntas en dos proyectos matemáticos como parte de un programa de Smith University.
Desde ahí, la cidreña de ahora 31 años, se encaminó hacia la estadística sin saber que ocho años más tarde se convertiría en la primera mujer puertorriqueña en graduarse del doctorado en Matemáticas de la Universidad de Puerto Rico de Río Piedras (UPR-RP).
Para Rosario Santos, este logro llegó con una gran responsabilidad. “¡Qué mayor responsabilidad que tratar de incentivar a otras mujeres también a permanecer aquí en Puerto Rico!”, comentó sobre el momento en que, durante su solicitud de una beca para finalizar su doctorado, se enteró que había hecho historia luego de 23 años de haberse fundado el programa.
Sus años de estudio le enseñaron que su logro no es un hecho aislado. Su tesis fue en torno a la crisis demográfica del país, la más grave en la historia de Puerto Rico. Sabe que no están naciendo suficientes bebés, y muchas personas migran, incluyendo a las mujeres matemáticas y candidatas al doctorado en Puerto Rico.
“Muchas han decidido irse, han tenido la oportunidad de lograr sus grados en los Estados Unidos y eso es muy loable, pero también hay que darle el lugar a aquellas que, como yo, tuvieron situaciones familiares y que quieren permanecer en Puerto Rico”, subrayó.
El doctorado en matemáticas de la UPR-RP se fundó en agosto de 2001. Desde entonces, solo tres mujeres habían completado su grado, todas estudiantes internacionales. Estas fueron: la Dra. Kun Wang, en mayo de 2014; la Dra. Yanyan Li, en diciembre de 2017; y la Dra. Kai Guo en mayo de 2019.
El rol de la mujer en las ciencias
Rosario Santos proviene de una familia que describió como amorosa y que la crió con lo necesario para vivir, pero “sin lujos”. Asistió a la escuela pública desde pequeña y, para costear sus estudios, solicitó programas y becas.
Pero el proceso para lograr su grado no fue sencillo. “Realmente hubo muchos traspiés, esto no ha sido un camino recto”, relató sobre las múltiples dificultades con las que se topó mientras cursaba su doctorado.
Una de esas instancias fue cuando, al comienzo de su grado, su madre estuvo hospitalizada cuatro meses. En ese momento, Rosario Santos pensó dejar el doctorado para cuidar de su mamá, pero ella la convenció de que debía terminar su grado. Ahora, la matemática sueña con la llegada de su graduación –este jueves, 27 de junio en el Coliseo José Miguel Agrelot– para tomarse una foto junto a su madre.
“Mi satisfacción es que ahora, cinco años después, puedo sacarme una foto con mi mamá próximamente en mi graduación”, anticipó con el rostro iluminado por la alegría.
Reconoce que hay más espacios para las mujeres en el campo de las ciencias de los que había en épocas anteriores, pero opina que todavía queda mucho por hacer. Además, insistió en que la abogacía, medicina e ingeniería no son las únicas carreras para optar.
Entre las razones para que más mujeres puertorriqueñas no hayan completado el doctorado, la cidreña describió la falta de apoyo para mujeres con hijos y responsabilidades familiares, así como la falta de promoción al programa de Matemáticas.
“Como está diseñado, es un programa que tiene muchos créditos, un programa superretante… mientras tú haces el doctorado, tienes que dejar atrás un poco la vida familiar, los niños, porque te toca hacer tanto y tanto esfuerzo que si no empiezas por un lado o por el otro a recortar, nunca lo vas a terminar”, comentó Rosario Santos para luego añadir que está en desacuerdo con esa dinámica.
“Tal vez si hubieran unos programas en la universidad que apoyaran más a la mujer que está preparándose, sería mucho más fácil”, continuó.
Asimismo, detalló que, como mujer, jamás ha tenido problemas con sus compañeros de estudio, pero que en una instancia –mientras impartía tutorías de matemáticas–, un estudiante subgraduado eligió a un hombre por encima de ella para enseñarle. Fue entonces cuando Rosario Santos comprendió que todavía la experticia en matemáticas lleva rostro de hombre para muchas personas.
“Es ese sentido de cambio que uno propulsa cuando uno adquiere estas carreras”, comentó para señalar que es necesaria más inclusión de la mujer en este campo.
Rosario Santos agradeció a sus mentores Luis Pericchi y Hernando Mattei por creer en su talento y ayudarle en el proceso. Ahora, se prepara para trabajar como profesora en el Recinto de Ciencias Médicas en el Departamento de Bioestadística y Epidemiología.
A nivel personal, anhela tener hijos, una meta que pospuso para culminar sus estudios. Asimismo, espera tomar clases de canto y continuar viajando y aprendiendo.
