(Foto de archivo de Leyrian Colón Santiago)
“¿Qué es ser mujer?” Esta fue la pregunta que me realizó la comunicadora y optimista compulsiva Yizette Cifredo en su serie web Mujer Es. Sí, somos primas. Pero, regresando a la pregunta, ¿qué es ser mujer? O mejor, ¿qué hace que una mujer sea mujer? Esta pregunta se siente fácil, pero, cuando uno se sienta a reflexionar, la respuesta es más difícil de contestar de lo que parece.
Aquí, no somos fanáticos de la Real Academia Española, pero, según ellos, “mujer” se define como “una persona del sexo femenino”. Okei. O “mujer que ha llegado a la edad adulta”. Vale. O “mujer que tiene las cualidades consideradas femeninas por excelencia”. “¡Esa sí que es una mujer!”, ofrece la RAE como ejemplo de esta definición y esa es mi favorita. También, “mujer” puede ser “esposa o pareja femenina habitual, con relación al otro miembro de la pareja”.
¿Pero qué hace a una mujer, mujer? Algunos dirán factores biológicos o característico físico, pero, en cada ejemplo que uno mira, existen excepciones a esos estándares. Por ejemplo, si hablamos de cromosomas, sistema reproductivo o estatus corporal, siempre vamos a encontrar mujeres que caen fuera de los paradigmas. Existen mujeres sin senos, sin caderas, sin útero, sin ovarios y hasta sin canal vaginal. Y algunas de estas mujeres nacieron así. Claro, los oponentes de la equidad dirían que estas condiciones “no son normales”, pero, simplemente, porque algo no es común, no quiere decir que no sea normal.
Este marzo se conmemora como el Mes de la Mujer. El mes culmina con el Día de la Visibilidad Trans, celebrado el 31 de marzo de cada año. Es como si el mismo calendario dijera: “Ah, sí, no te olvides que también las mujeres trans son mujeres”.
Yo sé que has visto los memes que lo declaran… Las mujeres trans son mujeres. Lo tenemos que declarar porque aún existe gente que, no solo está en desacuerdo con esa afirmación y expresa sus opinión de las formas más ofensivas por la internet, sino que también existen personas que comparten esas ideas en posiciones de liderato y están dispuestas a implantar su ignorancia en ley.
Yo soy una mujer transexual. Por mi apariencia física y por mi expresión de género, hoy tengo el privilegio de andar por la vida sin tener mi identidad como mujer cuestionada constantemente. Pero, ¿qué ocurre cuando no cumplimos con las expectativas de nuestro sexo asignado o con el cual nos identificamos?
Cuando declaro mi identidad como mujer transexual, las personas, normalmente, quieren invalidar mi identidad de mujer, por ser una mujer de experiencia trans o quieren invalidar mi identidad trans por afirmar mi identidad como mujer. “No, Joanna, tú eres una mujer y ya”, me dicen. Y yo tengo que responder: “Sí, claro, soy mujer, pero soy una mujer trans”. Para mí, es importante aclarar que una no invalida la otra. Soy las dos cosas a la misma vez y estoy muy orgullosa de ser una mujer de mi propia creación.
No existe un solo camino para las mujeres. Todas tenemos caminos distintos y experiencias distintas.
Sin embargo, existen ciertas experiencias que compartimos, como la violencia machista y las expectativas impuestas por la ideología patriarcal que postula que para ser mujer tienes que ser femenina, sumisa y delicada. Validamos a las mujeres que cumplen con estas expectativas y nuestra sociedad las utiliza como ideal de lo que debe ser una mujer. Pero, ¿qué pasa con las mujeres que no quieren o no pueden cumplir con esas expectativas?
En los últimos años, hemos visto un aumento en propuestas legislativas atacando a la comunidad trans, pero en específico a las mujeres trans. El problema no es con un hombre trans entrando a un baño de hombre, es con una mujer trans o “un hombre” en los ojos de algunos entrando al baño de mujeres. El problema no es un hombre trans compitiendo con otros hombres, el problema es con una mujer trans o “un hombre” compitiendo con mujeres cisgénero. Este tipo de transfobia en contra las mujeres trans se conoce como “trans misoginia”. Pero, la transfobia y la trans misoginia no son solo un problema para las mujeres trans; es un problema para todas las mujeres que no caen perfectamente en una definición limitada de cómo debe ser una mujer.
Mujeres que no son trans han reportado ser acosadas con comentarios transfobicos y hasta atacadas físicamente en baños públicos por no cumplir con las expectativas de apariencia de su sexo. Mujeres atletas han sido descalificadas de competir por tener niveles de testosterona naturalmente más altos. La campaña en contra las mujeres trans y el deseo del sector conservador y fundamentalista ha fomentado una cultura que no es solamente peligrosa para las mujeres trans, es también una amenaza para todas las mujeres que caen fuera del ideal de cómo “debe” ser una mujer.
Así que, ¿qué hace a una mujer, mujer? Aún no tengo una respuesta clara a esa pregunta, pero lo que sí sé es que las mujeres trans, somos mujeres y merecemos los mismos derechos, protecciones y reconocimiento que cualquier otra mujer.
El día en que podamos reconocer a las mujeres trans como parte de la infinita manifestación de las mujeres y creemos políticas públicas en las que las mujeres trans en todas sus diversidades son protegidas, valoradas y respaldadas será el día en que comenzaremos a crear sistemas para que todas las personas puedan prosperar.
¡Hasta la equidad!
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