(Fotos suministradas)
Debido a la crisis sanitaria de la COVID-19, el silencio y la soledad habitan los espacios públicos del mundo desde mediados de marzo. Los bares, restaurantes, tarimas, teatros —y todos los demás lugares que suelen conjuntar el gentío con la música— solo custodian el mutismo del desamparo.
Los artistas, responsables de abarrotar los espacios con sus cantos e instrumentos, permanecen en sus casas. Sus agendas ya no registran presentaciones. Algunos músicos, como la cantautora puertorriqueña Raquel Sofía, planificaron usar el tiempo de la cuarentena para componer más.
Antes de lanzar su primera compilación de canciones, Te odio los sábados, en 2015, la mayagüezana, residente en México con su pareja y sus perros, ya había escrito y se había presentado con artistas como Shakira y Juanes.
A dos semanas de iniciar el distanciamiento social, escribió la canción Amor en cuarentena . La pieza musical surgió durante uno de esos momentos en los que el encierro más pesa. Uno de esos días en los que las personas navegan sin parar por las redes sociales, enterándose de los malestares del mundo.
“Yo lloraba y no entendía si estaba llorando por las noticias, porque mi amigo se quedó sin trabajo o porque la gente estaba abandonando a sus perros. Puse un tuit diciendo eso y mucha gente se identificó. Era un sentimiento colectivo”, contó Raquel Sofía en entrevista con Todas.
Así, compuso la pieza proponiendo dos miradas. En la primera, la voz poética ansía que le alienten diciéndole que no se trata del fin, que todo mejorará. La segunda mirada expresa la complicidad que las personas crean con sus acompañantes durante la cuarentena.
“La canción trata un poquito de hacer lo mejor de cada momento, de cómo una se las ingenia para disfrutar, para no pasarla tan mal”, abundó sobre la composición la también nominada a un Grammy Latino, en 2015, en la categoría de Mejor Nueva Artista.
Pesa el encierro sobre el proceso creativo
Pero, a pesar de su plan inicial, a dos meses de permanecer en su hogar, le resulta complicado componer.
“Yo escribo de mis experiencias, las cosas que vivo, que me pasan… La verdad es que no me está pasando mucho porque llevo encerrada con mi novio”, relató la vocalista, quien también toma cursos de guitarra en línea durante la cuarentena.
Raquel Sofía prefiere componer en carencia de compañía, sin que segundos o terceros le escuchen. Por tanto, resguardarse con otra persona constantemente también complica su proceso creativo, pues escasea esa privacidad que permite la soledad.
Paradójicamente, no poder interactuar con personas distintas también limita la producción de ideas de la artista.
“La inspiración que uno tiene normalmente de estar en la calle, hablar con gente, que te muestre música o que te diga cosas que te inspiren no la estoy teniendo en este momento”, explicó.
Ahora, los espectáculos en vivo se limitan a cientos de pantallas en monitores o móviles. El Concierto en casa, organizado por Medalla Light, conformó la primera presentación virtual en la cual Raquel Sofía participó durante el distanciamiento social.
La dinámica consiste en ofrecer funciones de música a través de Instagram Live. La cantautora, al igual que músicos en todo el mundo, ha continuado con sus presentaciones virtuales desde su casa.
“Es bonito porque uno conecta con un montón de gente y puedes leer los comentarios, pero, de verdad, extraño un montón cantar en vivo”, expresó la también graduada de Frost School of Music en la Universidad de Miami.
Las presentaciones musicales en línea conforman la forma de vida de muchos artistas. Por tanto, sus ingresos disminuyeron debido al encierro. Pero, Raquel Sofía no vive solo de la música, pues trabaja de forma remota en servicio al cliente para sostener sus gastos.
“Pero va a llegar el punto en el que los músicos tendremos que monetizar. No podremos dar conciertos gratis todo el tiempo”, comentó la cantautora sobre los conciertos virtuales.
Proyecto de amigas
Aparte de trabajar, ejercitarse, cocinar, tomar cursos de guitarra, componer y cantar, la artista utiliza su tiempo de encierro para manejar el podcast Bájale dos con su amiga Daniela Mazzochi, que iniciaron a mediados de marzo. En los distintos episodios, ambas compañeras discuten temas que les atañan y con los cuales sus oyentes pueden identificarse.
“Me gusta esa manera de comunicarme con la gente y de hablar algo que no sea solo música”, comentó sobre el podcast y sus correos Cuentos a la roca.
“Nunca es como: ‘Aquí, está Raquel Sofía, la cantante, hablando’; es más como un: ‘Aquí, está Raquel, mi amiga’”, describió.
Mediante el podcast surgen conversaciones cotidianas y coloquiales entre ambas compañeras. Discuten el encierro, la crisis de los 30 años, su niñez, desamores, entre otros. Hablan “a calzón quita’o”, mencionó alegremente Raquel Sofía.
Una vez culmine la cuarentena, la artista planifica continuar con el podcast con su amiga porque lo disfruta. Contó que su resolución de este año constaba en divertirse.
Mientras, llena sus días de tareas que le permitan ocuparse y olvidar que lleva dos meses encerrada como resultado de una pandemia.
“Le tengo temor al aburrimiento. Ya estoy trepando paredes. Extraño el jangueo, mis panas, a Puerto Rico. Entonces, quiero pensar en eso lo menos posible”, mencionó con nostalgia.
Raquel Sofía ansía, al igual que muchos músicos, que el ruido y el gentío vuelva a ser constante en sus vidas y en los espacios públicos. La cantautora anhela que sus presentaciones no se limiten a espectáculos en pijamas, en su sala, con su guitarra y sus perros, desde su cuarentena hasta la de sus espectadores.