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La lucha por el acceso al aborto es una lucha por la vida, contrario a aquella que busca restringirlo. ¿Por qué? Porque se trata del derecho humano de poder decidir sobre tu propio cuerpo y vida.
Y si la persona decide dar otra vida, lo justo es que tenga todo para maternar de forma digna, “como dios manda”. Se habla mucho de nosotras y el parir, pero poco de nuestra niñez, que, precisamente, es la más pobre de todas las jurisdicciones estadounidenses.
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Personalmente, deseo ser madre en un futuro. También, puede que cambie de parecer. Ese es mi derecho, porque es mi vida; son mis intenciones y ambiciones. Porque soy de carne y hueso, siento y padezco, hago y ambiciono. Me siento desvanecer cuando pienso en un mundo que invalida tantas otras partes de mí, como persona.
Ni Joanne Rodríguez Veve, ni Lisie Burgos, ni José Luis Dalmau o Thomas Rivera Schatz me quitarán las fuerzas para vivir y luchar por mi propia vida, bajo mis propios estándares y deseos de plenitud.
Seguiremos abortando
Las mujeres no dejaremos de abortar. Simplemente, nos empujarán a prácticas clandestinas, y menos seguras, como bien prueba nuestra historia, aquella que muchos políticos y políticas locales demagógicamente ignoran o trastornan para cumplir con sus viles agendas.
Los cuerpos gestantes no somos fábricas de vida andantes. Somos seres completos, con derechos humanos, ambiciones, temores, realidades de vida y sueños. Qué absoluto fastidio ver que colectivamente no podemos reconocer qué macharrán y de antaño ha sido esta conversación. ¡En pleno 2022!
La revocación de Roe v. Wade no alterará el derecho al aborto en Puerto Rico.En Puerto Rico, sigue siendo legal abortar. En el caso Pueblo de Puerto Rico v. Pablo Duarte Mendoza, el Tribunal Supremo de Puerto Rico “interpretó que el término salud incluía tanto la salud física como la salud mental. Por lo tanto, las terminaciones de embarazo son legales en Puerto Rico”. Por tanto, ninguna ley puede prohibir el aborto. Lo que sí pueden hacer los estados y jurisdicciones, como Puerto Rico, es establecer unas guías y procesos.
El aborto no se trata de quitar vida, sino de darla en dignidad.
En el documental La operación, de Ana María García, se evidencia y resume la esterilización masiva que llevó a cabo el gobierno federal contra las mujeres boricuas durante las décadas de 1950 y 1960. Este esfuerzo llevó, por ejemplo, a que, en Barceloneta, se esterilizaran a 20,000 mujeres en 20 años (’56 -’76).
Muchas de estas mujeres esterilizadas dijeron, en entrevista, cómo simplemente no se les informó lo que significaba el procedimiento. No se les permitió decidir sobre sus vidas y cuerpos, por falta de acceso a educación. Nos quieren decir cuándo parir y cuándo no.
No somos entes separados de la sociedad.
Por eso, cualquier persona de bien entendería que una sociedad democrática protege este derecho, sin importar su opinión ni ideología. Porque no se trata de que hayan más abortos, se trata de que cuando sea necesario, y la persona tome la decisión, pueda acceder a los servicios de calidad para proteger nuestra propia vida. Además, abortar es un derecho, y una herramienta de supervivencia, porque no somos responsables de que nos violen ni que nos acechen, maten y precaricen.
Política de bienestar colectivo
En este bendito país (y en muchos otros) se gobierna para generar más crisis, no resolver problemas. Lo estamos sintiendo en todos los espacios de nuestra sociedad, desde el hogar boricua, la escuela, la universidad, los sistemas de salud, el sistema electoral y tributario, y hasta en nuestros cuerpos y cuerpas.
Debemos sostener la regla en común: tus derechos terminan donde empiezan los míos.
El sudor real de un político sale cuando con estámina legisla por lo que eleve la calidad de vida y bienestar. Por esto, la Cámara de Representantes debe votar NO al Proyecto 693, que busca crear la Ley para la Protección del Concebido en su Etapa Gestacional de Viabilidad, y restringir el aborto a partir de la semana 22 de gestación.
Este proyecto no tiene sentido ni base con relación la evidencia local. Hasta el secretario de Salud, Carlos Mellado, afirmó en vistas públicas que “el aborto como la profesión médica, son asuntos ya regulados en Puerto Rico. La mayoría de los abortos en Puerto Rico se practican hasta las 14 semanas, que ocurre en la etapa de previabilidad del feto”, contrario a lo que han afirmado las y los coautores de esta medida.
Un punto de esperanza política fue la movida de las senadoras feministas Ana Irma Rivera Lassén y María de Lourdes Santiago, junto a otrxs, cuando, poco después de anulado Roe v. Wade en EE.UU., sometieron legislación para “codificar mediante ley el derecho al aborto”. Grupos feministas estadounidenses dicen haber deseado una movida similar del Partido Demócrata.
Parece fácil gobernar, cuando se hace solo para unos pocos.
Luchar por la vida es luchar desde el bienestar colectivo, no de grupos selectos con intereses que impactan negativamente la vida de otras personas. Las feministas luchamos por la vida.
Te digo algo, aunque no milites, te toca educarte y asumir postura para defender también el derecho a decidir que tenemos las mujeres y las personas gestantes. Porque hoy es quitarnos el derecho a abortar, mañana sabrá dios lo que será.