(Foto suministrada)
Cinco mujeres fusionan el tumbao de la bomba, el ritmo del hip hop, la música electrónica, el estilo clásico del jazz y la creatividad para producir el contenido único de la banda Émina.
La idea de unir a artistas multifacéticas en una banda comenzó con un café después de haber tocado en una actividad de jazz. La compositora del grupo, Amarilys “Ama” Ríos, compartió que había conectado tanto con las chicas que deseaba crear un proyecto en el que cada una pudiera sacarle el máximo potencial a su talento.
“Lo lindo de la tarima es que nosotras no solamente estamos tocando. Al mismo tiempo, nos estamos retando a nosotras mismas dentro de nuestro propio instrumento. […] Podemos manifestarnos como queramos”, expresó emocionada Ama.
Las artistas describen su música como “afrocaribeña, refrescante y juvenil”. En un principio, eran tres, ya son cinco las que con su química encienden el escenario.
“Quería hacer un grupo que estuviera compuesto por mujeres poderosas”, declaró Ama sobre la banda que crea música desde el 2015.
Émina está compuesta por Ama, cantante y percusionista; Janice Maisonet, saxofonista; Angélica Kolsan, bajista; Aniela Batres, tecladista; y Lianir Vales, baterista.
El adjetivo versátil se queda corto para describir el talento de estas músicas. Entre sus innovaciones en las presentaciones, se encuentra tocar un saxofón con pedales.
“Las influencias que tenemos cada una completa el grupo demasiado. Por cada esquina, estamos súper preparadas. En cualquier género que nos tires, vamos a caer de pie”, puntualizó Ama al mencionar que pueden improvisar al estilo jazz, internacional, folclore y otros.
Émina es “fémina” sin la letra “f”, ya que las artistas querían reconocer la fuerza de ser mujeres, pero siempre recalcan que no son para nada el estereotipo de una banda femenina.
“Somos féminas, pero eso no es lo más importante que queremos destacar de primera intención. Queremos que nos reconozcan porque somos músicos, por nuestro talento”, puntualizó Janice, quien toca el saxofón desde los 11 años.
Más allá de hacer lo que aman, las puertorriqueñas explicaron que con su gesta desean inspirar a niñas y jóvenes a crear sus propios proyectos musicales y sentirse libres de expresar su arte.
(Foto de Kamal Colón)
Los instrumentos no tienen género
En la industria musical, son pocas las mujeres que son reconocidas por tocar instrumentos como la batería, las congas, el saxofón o el bajo. Sin embargo, son muchas las que estudian y se desarrollan en este campo.
Ama y Janice, egresadas del Conservatorio de Música de Puerto Rico, expusieron que como músicas reciben muchos comentarios machistas al subirse a un escenario.
“Nos ha pasado que nos ven en tarima y nos dicen: ‘Para tú ser nena, tocas brutal’ o ‘Tú tocas como hombre’”, expuso Janice.
Explicaron que a muchas personas se les hace difícil entender al grupo hasta que las escuchan.
“Somos minoría, y tenemos que sobrepasar eso para que escuchen nuestra música”, compartió la saxofonista.
Asimismo, contó que le incomoda que las llamen con frecuencia solo para tocar en actividades en marzo, en el que se conmemora el Día Internacional de las Mujeres.
“Los grupos femeninos no solo son para marzo. No estamos haciendo música abiertamente solo para mujeres. Igualmente, los hombres se pueden identificar”, declaró la artista.
(Foto de Álex Díaz)
Convirtiendo el dolor en arte
Al preguntarles qué la inspira a componer, Ama respondió que la música es sanadora y con ella puede transformar letras tristes en notas cautivantes.
Principalmente, las palabras que les dan vida a sus canciones son el espejo de las realidades que viven las mujeres.
“Yo no fuerzo la musa. Llega en cualquier momento. Casi siempre, llega por situaciones personales por las que he pasado. Mis letras sirven de apoyo”, contó Ama, apasionada de la bomba puertorriqueña.
La cantante describe sus letras como profundas y que empoderan. Entre las composiciones de Émina, se encuentran Una flor , Kingky, Niña mala, Realidad y Vaivén.
“Realidad soy yo. Es todas las incertidumbres, las seguridades e inseguridades y las decisiones que tomamos como mujeres”, comentó Ama sobre uno de sus temas favoritos.
Por otra parte, Una flor mezcla el rap con la música afrocaribeña para contar una historia de rechazo.
La cantante explicó Kingky es una pieza que reconoce la belleza de la sensualidad femenina, y “donde la mujer es quien decide lo que se va hacer”.
La mayoría de sus temas, los comienza con una base melódica sencilla para después innovar con las demás chicas. “Ellas son parte de la composición”, sostuvo la percusionista.
Las limitaciones de la cuarentena
Sin lugar a duda, la cuarentena por la COVID-19 ha significado un reto para la clase artística. Las instrumentistas insistieron en que hacer una función en línea no es para nada fácil.
“Ha sido bien difícil. Es algo nuevo para la clase artística”, mencionó la cantante al explicar que es costoso y requiere el equipo necesario para ofrecer un producto de calidad.
Antes de la pandemia, se preparaban para grabar su primer disco en Nueva York.
A pesar de los retos, las artistas dijeron que este tiempo aisladas ha servido para la preproducción, trabajar la parte administrativa del grupo como microempresa y componer. La cuarentena ha servido de inspiración para su próximo sencillo Planentena que pronto saldrá en las plataformas musicales.
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La música como herramienta
Ama entiende que la bomba, que es un género de protesta, de comunidad y de la cultura afro, le enseñó que la música sirve para luchar contra problemáticas sociales.
“La música representa todo lo que está pasando, todo lo que se cree. La música es social”, comentó la bailadora.
Por su parte, Janice explicó que la música tiene su propio alcance y tiene un impacto en las comunidades.
“Como artistas estamos llamadas a estar en esas realidades y unirnos a las luchas que entendemos justas”, anotó la intérprete.
“Émina es nuestra bebé, es nuestra voz, es lo que somos nosotras”, compartió Ama.
Escucha aquí la lista de canciones que preparamos con las recomendaciones de cada artista que entrevistamos.
