*Advertencia: Este artículo incluye menciones de agresiones físicas y sexuales.
Amsterdam es una película que se estrena este mes y no la voy a ver.
Tu reputación es algo que puede hacerte o deshacerte, lo mismo en espacios profesionales, que en los sociales. Sin embargo, muchas personas, a pesar de sus malas acciones, quedan ilesas. Seguro que algunos han sido condenados gracias a movimientos de denuncias, como han en Estados Unidos Time’s Up y #MeToo, pero está claro que hay muchos abusadores que se escapan y pueden seguir trabajando en la industria del entretenimiento sin rendir cuentas, como si nada.
Amsterdam se proyectará en los cines estas próximas semanas. Es una comedia de suspenso y misterio que se desarrolla en torno al Business Plot de 1933, “una conspiración política en los Estados Unidos para derrocar al gobierno del presidente Franklin D. Roosevelt e instalar un dictador”.
Dirigida, escrita y producida por David O. Russell, la película cuenta con un elenco de reconocidos actores como Christian Bale, Margot Robbie, John David Washington, Chris Rock, Anya Taylor-Joy, Zoe Saldaña, Mike Myers, Michael Shannon, Timothy Olyphant, Andrea Riseborough, Taylor Swift, Matthias Schoenaerts, Alessandro Nivola, Rami Malek y Robert De Niro.
David O. Russell es conocido por propiciar un ambiente tóxico y de abuso en el set. A lo largo de su carrera, se cuentan múltiples instancias de abuso verbal y agresión física al talento durante filmaciones. En 1998, tuvo una discusión con George Clooney que condujo a una pelea y se le señala por haber golpeado al actor. Clooney, entonces, agarró a Russell por el cuello. El incidente ocurrió luego de que Clooney hablara en contra de su comportamiento de confrontación con el elenco y el equipo de su película Three Kings (1999). Toda la secuencia de eventos se incluye en el libro de Sharon Waxman, Rebels on the Backlot.
Poco tiempo después del enfrentamiento, Clooney y Russell hicieron las paces, lo que alimenta la indulgencia a estas expresiones de masculinidad tóxica, que se tratan, en vez, como “un simple efecto secundario de ser un genio”, o incidentes que pueden ser fácilmente dados por alto.
El volátil director también quedó grabado en cámara mientras abusaba verbalmente de la actriz estadounidense Lily Tomlin, en el set de I Heart Huckabees (2004). Durante una discusión, tanto la actriz como el director discutieron sobre la ética de trabajo en el set y cómo estaba afectando el proceso de filmación. Él termina maldiciendo a Tomlin, usando insultos sexistas y pateando accesorios en el set, cerca de la actriz. Pero, luego, cuando se le preguntó a la actriz sobre esta agresión, Tomlin la descartó y califió el incidente como “un efecto secundario de la genialidad”.
Otra actriz también sufrió en presencia de Russell. Amy Adams, una actriz con una carrera impresionante, que incluye películas como Arrival (2016). También, estuvo en la película American Hustle (2013). Desde entonces, ha compartido su experiencia trabajando con David O. Russell. El director hizo de su vida un infierno y su coprotagonista, Christian Bale, tuvo que intervenir. La diferencia aquí es que Amy Adams ha declarado que nunca más querría volver a trabajar con el director. Más allá de sus enfrentamientos en ambientes profesionales, sumergiéndose en asuntos personales, Russell reconoció que agredió sexualmente a su sobrina trans, quien lo acusó ante la Policía. Nunca se presentaron cargos en su contra.
Entonces, ¿cómo nos afecta como puertorriqueñes? Puerto Rico es una colonia de los Estados Unidos. Muchos de los medios que consumimos son producto de esa relación colonial. Hollywood se asegura de exportar sus películas a todo el mundo, pero nosotros somos el objetivo más fácil. Películas como Amsterdam se abren camino en nuestros cines. Directores como O. Russell influyen a las futuras generaciones de cineastas en Puerto Rico que sueñan con hacer sus propias películas. Estamos en un momento en el que es importante evaluar honestamente cómo llevamos la conversación de si se debería separar a un artista de su arte.
Apoyar el arte de alguien no siempre es sinónimo de apoyar sus puntos de vista o sus creencias. Sin embargo, permitir que estos proyectos sean lucrativos les dice a los estudios que producen ganancias a pesar de cualquier controversia. Las acciones de David O. Russell requieren consecuencias.
Aun así, la industria le permite seguir haciendo películas. Después, están los actores que justifican sus comportamientos y continúan trabajando con él. De la misma forma, vemos cómo han surgido críticas hacia el director y su película más reciente, pero esas críticas son dirigidas, en su mayoría, a las mujeres que han tomado parte del elenco, como Margot Robbie, Anya Taylor-Joy, Taylor Swift y Zoe Saldaña. Es importante señalar a los hombres que continúan condonando este comportamiento, como Christian Bale.
Como espectadores, tenemos el poder de cambiar lo que se nos ofrece. En fin, no es necesario continuar apoyando el trabajo de artistas que perpetúan las condiciones de indignidad contra las que luchamos. Existe mucho talento intentando de revolucionar la industria con la representación que merecemos ver.
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