Type to search

Basta de la tortura 

niñes tras

(Foto de archivo)

Desde los 12 años hasta los 19 años, fui a unos campamentos de verano religiosos que no eran terapias de conversión, pero en los que se permitía que líderes eclesiásticos conservadores y bandas fundamentalistas de rock cristiano dirigieran cultos, en los que se “exorcizaba” a las personas visiblemente queer del corillo. 

Les tiraban al piso, ponían manos sobre elles, y, luego, hablaban “declarando” que se les salieran “demonios”. A mí, nunca me pusieron las manos encima porque, precisamente, por un terror profundo a que me tocaran, estuve en un closet violento para mi salud mental todos esos años. 

Nunca me intentaron “reparar”, pero a amistades a quien amé y amo aún, profundamente, sí. Recuerdo a cuatro personas: una mujer trans, dos niñes gay y una muchacha lesbiana. 

Nunca me tocaron, y, aún así, años más tarde me vi (me veo a veces) sanando ideaciones suicidas por miedos y predicas que, en mi imaginario, se me clavaron allí, sin consentimiento alguno. Me identifico como una persona negra trans no binaria, y todos mis procesos identitarios han estado mediados por las violencias discursivas que allí se dieron.

Mis papás ni se enteraban que de lo que pasaba. Era una iglesia, supuestamente, “de avanzada”, así que los pobres ni sospechaban. Hoy todavía líderes de aquel espacio se atreven a cuestionar mi decisión de salir del espacio eclesiástico y de denunciar las violencias que allí ejercen sobre cuerpos queer. 

Personas que amo jamás entendieron qué tanto fue lo que se me rompió allí adentro. Tienen el valor de defender a su iglesia sobre nuestro derecho a apalabrar para sanar, y seguir encontrando formas para estar vivos. No lo escribo para un “ay, bendito”, porque no nos hace falta. ¿Saben qué sí nos hace falta? Que tomen posturas radicales en sus espacios para protegernos. Por todes quienes aún no pueden vivir en plena libertad porque una voz dentro, a veces, nos recuerda lo que, por años, nos repitieron en “campamentos”. No a las terapias de conversión. Tortura. Maltrato emocional. Basta ya. No más.

Si conoces a algún sobreviviente de estos espacios, ten en cuenta que todas estas discusiones que se están dando, en estos días, pueden ser bien triggering. Si puedes, toca base, da amor. Por mucho tiempo que pase, algunas palabras, prédicas y prácticas a las que estuvieron expuestes nuestres cuerpes, a veces, se activan y duelen tanto o más que la primera vez. Quisiera une que no fuera así. No volver a pensarlo y ya, pero la sanación no funciona así, y lo que duele, duele. 

Lee también de la autora: Arde

¿Puedes apoyar el periodismo feminista?

Nuestro trabajo de periodismo feminista es independiente y se sostiene, en gran parte, por el apoyo de nuestra audiencia. En tiempos en que los intereses antiderechos acechan nuestras libertades, el periodismo feminista es aún más pertinente. Puedes ayudarnos a fortalecerlo, con una aportación mensual o con un donativo, asegurando que todo nuestro contenido se mantenga accesible y gratis todo el tiempo, para todo el mundo.

Comparte este artículo:

¡APOYA NUESTRO TRABAJO!

HAZ TU APORTACIÓN MENSUAL

Haz una donación en

  • trending_upActivismo
    whatshot¡Cambia ya!
  • “Una destrucción sin precedentes”: el genocidio en Palestina

    “No han podido aniquilarnos”: Colectiva Feminista protesta contra la violencia machista

    Nace una federación para la defensa de los derechos LGBTTQIA+

    Ilustración de Elizabeth Barreto

    Las mujeres toman la delantera en la lucha climática

    Informe detalla las barreras que enfrentan las mujeres trabajadoras

    Aprueban en la Cámara el proyecto contra el discrimen por estilos de cabello

    Esperan por la aprobación del proyecto contra discrimen por estilos de cabello

    Madres contra la Guerra

    Madres contra la Guerra denuncia intento de intimidación del FBI a manifestantes pro Palestina

    Nosotras por nuestras vidas, 8 de marzo de 2024

    Toman el expreso para caminar libres y sin miedo

    8 de marzo de 2024, Coalición 8 de marzo

    Conmemoran 50 años de lucha por la justicia de las mujeres

    Lockheed Martin

    Cómo las mujeres están combatiendo a los fabricantes de armas del genocidio en Palestina

    Shariana Ferrer-Núñéz 8M2021_Claudia Carbonell7

    Shariana Ferrer Núñez es galardonada por su trabajo feminista